martes, 18 de septiembre de 2018

Tour Mont Blanc. Etapas Les Houches-Mottets. 2018-09


31 de agosto.

En marzo de 2018, un grupo de nueve amigos decidimos afrontar el Tour del Mont Blanc. Seis meses después salimos del teleférico de Bellevue para caminar durante once días. Atrás quedan la preparación, los viajes a Madrid y el transfer a les Houches. Un primo de Manolo que vive en Ginebra nos ha recogido las dos maletas grandes donde llevábamos los bastones y ropa de repuesto; las llevará al hotel de Chamonix en los próximos días y de este modo nos ha ahorrado el tiempo que podríamos haber necesitado en caso de que hubiera habido algún retraso.

La sensación es una mezcla de euforia y preocupación. Llueve y la visibilidad es casi nula ¿y si tras el esfuerzo de tiempo y económico no vemos nada?

Tras Bellevue, cruzamos el tren de cremallera.

 Pasarela sobre el torrente de Bionnassay

En el Col de Tricot

El sendero por la ladera es precioso, atravesamos un torrente que sabemos es el desagüe del glaciar de Bionnassay y tras el Col Tricot descendemos por un embarrado e inclinado sendero hasta el chalet de Miage, nuestro primer refugio. La parte baja del glaciar aparece y desaparece entre nubes.

La estancia en el pequeño refugio nos hace entrar en ambiente montañero. Buena habitación, buena cena. Ducha y servicios regular tirando a mal.

01 de septiembre.

La visibilidad sigue siendo reducida, pero al menos no llueve casi nada. Quienes preferían ir por el camino alto, pasando por Tré la Tête tienen que conformarse con bajar con el resto hacia Les Contamines-Montjoie, ya que el sendero está cortado al haber desaparecido un puente. Compramos provisiones para comer y nos entretenemos pasado el pueblo en una concentración etnográfica con juegos y comidas populares. El resto del camino transcurre por pista hasta que tomamos un desvío que nos llevará a ver una cascada encajonada. El camino desde allí hasta el refugio de Balme nos lleva por un bosque delicioso, plagado de hongos. Antes de llegar, comienza a llover de nuevo.


 En Les Contamines-Montjoie

 Notre Dame de la Gorge, el comienzo de la ascensión de la jornada.

 Una modalidad más cómoda. Las mulas transportan los bultos más pesados de los senderistas.

 El río Le Bon Nant nos muestra pasajes muy encajonados.

 Boletus. Vimos a varias personas recogiéndolos.

Cascada de Combe Noire, cerca de Nant Borrant.


 El bosque, plagado de hongos.

El refugio de Balme es bastante básico. El lugar de estancia es muy pequeño, lo que es un inconveniente cuando llueve y hace frío. El gélido comedor nos obliga a comer con mucha ropa de abrigo y sin poder apoyarnos en las paredes interiores, empapadas de agua de condensación. La comida no es mala, aunque está muy contada, probablemente para evitar que nadie se abastezca para el día siguiente. No obstante, dada la proximidad con Contamine, es fácil llevar comida sin necesidad de comprar una bolsa de pic-nic (que en general son de calidad regular).

02 de septiembre.

La mañana se presenta espléndida. Ganamos altura hasta el Col du Bonhomme y vamos descubriendo las primeras vistas panorámicas alpinas. Mont Tondu y la Dome du Goûter. Seguimos por la variente alta hacia el Col des Fours, desde donde las vistas ya nos llenan de euforia. Es nuestra primera visión clara del Mont Blanc. Ascendemos a la Tête Nord des Fours (2.756 m), magnífico mirador que completa la vista hacia sobre la parte francesa que hemos dejado atrás y el panorama de montañas y valles verdes de la zona italiana. Las nubes bajas que entran y salen dejan imágenes preciosas. En la cresta de subida tengo la enorme suerte de ver una bandada de perdices nivales, que estaban mimetizadas por completo con la vegetación y los neveros; aún no han cambiado completamente su plumaje otoñal.



Desde el Col y la Tête Nord des Fours.

El descenso es intenso pero muy agradable, con laderas suaves coronadas por cretas y afloramientos rocosos de gran belleza. Nos desviamos para comero en un lugar único, al sol otoñal, sobre un lago y con una vista circular que nos hace sentirnos algo así como protagonistas de un documental.


En el Lac de Mya

Antes de llegar al refugio de Mottets, en La Ville des Glaciers, compramos en una granja, directamente a sus productores, quesos Beaufort y Tomme de Savoie. Totalmente recomendables, una delicia.


El refugio de Mottets es en su mayor parte moderno, amplio, muy bien dotado de duchas, servicios y lavaderos (el mejor de todos en este aspecto), con comedor y zona de estancia cómodas y con enchufes de sobra. Es grande, pero trabajan muchas personas en él, incluyendo el peculiar concierto de organillo, en el que –cómo no- coreamos las canciones que conocíamos. La cena también es buena, en línea con lo general. Al dormitorio aún no le ha llegado la hora de la renovación y resulta ser un poco cutre, sin luz eléctrica, pero la nota global es positiva.


En estos otros enlaces puedes acceder directamente a las restantes jornadas:

2 comentarios:

  1. Buen trabajo, pero esto es sólo para unos pocos elegidos... El resto nos tenemos que conformar con admirar vuestro disfrute, agradecer los comentarios que aportáis y, un poco, morirnos de envidia.

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  2. Excelente trabajo. Muy bien redactado y explicado con todo detalle de tal forma que te transporta a los lugares visitados y a los senderos recorridos. Espectaculares y bellísimas fotografías. De gran ayuda la inclusión de los datos prácticos, este es un detalle que no se suele aportar y que facilita mucho la posibilidad de realizarla nuevamente. Muchas gracias por compartirlo. Un abrazo. Javier y Montse.

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