31 de agosto.
En marzo de 2018,
un grupo de nueve amigos decidimos afrontar el Tour del Mont Blanc. Seis meses
después salimos del teleférico de Bellevue para caminar durante once días.
Atrás quedan la preparación, los viajes a Madrid y el transfer a les Houches.
Un primo de Manolo que vive en Ginebra nos ha recogido las dos maletas grandes
donde llevábamos los bastones y ropa de repuesto; las llevará al hotel de
Chamonix en los próximos días y de este modo nos ha ahorrado el tiempo que
podríamos haber necesitado en caso de que hubiera habido algún retraso.
La sensación es
una mezcla de euforia y preocupación. Llueve y la visibilidad es casi nula ¿y
si tras el esfuerzo de tiempo y económico no vemos nada?
Tras Bellevue, cruzamos el tren de cremallera.
Pasarela sobre el torrente de Bionnassay
En el Col de Tricot
El sendero por la
ladera es precioso, atravesamos un torrente que sabemos es el desagüe del
glaciar de Bionnassay y tras el Col Tricot descendemos por un embarrado e
inclinado sendero hasta el chalet de Miage, nuestro primer refugio. La parte
baja del glaciar aparece y desaparece entre nubes.
La estancia en el
pequeño refugio nos hace entrar en ambiente montañero. Buena habitación, buena
cena. Ducha y servicios regular tirando a mal.
01 de septiembre.
La visibilidad
sigue siendo reducida, pero al menos no llueve casi nada. Quienes preferían ir
por el camino alto, pasando por Tré la Tête tienen que conformarse con bajar
con el resto hacia Les Contamines-Montjoie, ya que el sendero está cortado al
haber desaparecido un puente. Compramos provisiones para comer y nos
entretenemos pasado el pueblo en una concentración etnográfica con juegos y
comidas populares. El resto del camino transcurre por pista hasta que tomamos
un desvío que nos llevará a ver una cascada encajonada. El camino desde allí
hasta el refugio de Balme nos lleva por un bosque delicioso, plagado de hongos.
Antes de llegar, comienza a llover de nuevo.
En Les Contamines-Montjoie
Notre Dame de la Gorge, el comienzo de la ascensión de la jornada.
Una modalidad más cómoda. Las mulas transportan los bultos más pesados de los senderistas.
Boletus. Vimos a varias personas recogiéndolos.
Cascada de Combe Noire, cerca de Nant Borrant.
El bosque, plagado de hongos.
El refugio de
Balme es bastante básico. El lugar de estancia es muy pequeño, lo que es un
inconveniente cuando llueve y hace frío. El gélido comedor nos obliga a comer
con mucha ropa de abrigo y sin poder apoyarnos en las paredes interiores,
empapadas de agua de condensación. La comida no es mala, aunque está muy
contada, probablemente para evitar que nadie se abastezca para el día
siguiente. No obstante, dada la proximidad con Contamine, es fácil llevar comida
sin necesidad de comprar una bolsa de pic-nic (que en general son de calidad regular).
02 de septiembre.
La mañana se
presenta espléndida. Ganamos altura hasta el Col du Bonhomme y vamos
descubriendo las primeras vistas panorámicas alpinas. Mont Tondu y la Dome du
Goûter. Seguimos por la variente alta hacia el Col des Fours, desde donde las
vistas ya nos llenan de euforia. Es nuestra primera visión clara del Mont
Blanc. Ascendemos a la Tête Nord des Fours (2.756 m), magnífico mirador que
completa la vista hacia sobre la parte francesa que hemos dejado atrás y el
panorama de montañas y valles verdes de la zona italiana. Las nubes bajas que
entran y salen dejan imágenes preciosas. En la cresta de subida tengo la enorme
suerte de ver una bandada de perdices nivales, que estaban mimetizadas por
completo con la vegetación y los neveros; aún no han cambiado completamente su
plumaje otoñal.
Desde el Col y la Tête Nord des Fours.
El descenso es
intenso pero muy agradable, con laderas suaves coronadas por cretas y
afloramientos rocosos de gran belleza. Nos desviamos para comero en un lugar único, al sol
otoñal, sobre un lago y con una vista circular que nos hace sentirnos algo así
como protagonistas de un documental.
Antes de llegar
al refugio de Mottets, en La Ville des Glaciers, compramos en una granja,
directamente a sus productores, quesos Beaufort y Tomme de Savoie. Totalmente
recomendables, una delicia.
El refugio de
Mottets es en su mayor parte moderno, amplio, muy bien dotado de duchas,
servicios y lavaderos (el mejor de todos en este aspecto), con comedor y zona
de estancia cómodas y con enchufes de sobra. Es grande, pero trabajan muchas
personas en él, incluyendo el peculiar concierto de organillo, en el que –cómo
no- coreamos las canciones que conocíamos. La cena también es buena, en línea con
lo general. Al dormitorio aún no le ha llegado la hora de la renovación y
resulta ser un poco cutre, sin luz eléctrica, pero la nota global es positiva.
En estos otros enlaces puedes acceder directamente a las restantes jornadas:
Día 4 Mottets - Maison Vieille
Día 5 Maison Vieille - Bertone
Día 6 Bertone - Elena
Días 7 y 8 Elena - Relais D'Arpette - Auberge du Mont Blanc (Trient)
Día 9 Trient - Glaciar de Tour - Gîte Le Moulin (Montroc)
Día 10 Grand Montets y Balcones Sur
Día 11 Glaciar de Bossons
Día 11 Vuelo en parapente
Día 12 Glaciar de Bionnassay
Día 5 Maison Vieille - Bertone
Día 6 Bertone - Elena
Días 7 y 8 Elena - Relais D'Arpette - Auberge du Mont Blanc (Trient)
Día 9 Trient - Glaciar de Tour - Gîte Le Moulin (Montroc)
Día 10 Grand Montets y Balcones Sur
Día 11 Glaciar de Bossons
Día 11 Vuelo en parapente
Día 12 Glaciar de Bionnassay
Buen trabajo, pero esto es sólo para unos pocos elegidos... El resto nos tenemos que conformar con admirar vuestro disfrute, agradecer los comentarios que aportáis y, un poco, morirnos de envidia.
ResponderEliminarExcelente trabajo. Muy bien redactado y explicado con todo detalle de tal forma que te transporta a los lugares visitados y a los senderos recorridos. Espectaculares y bellísimas fotografías. De gran ayuda la inclusión de los datos prácticos, este es un detalle que no se suele aportar y que facilita mucho la posibilidad de realizarla nuevamente. Muchas gracias por compartirlo. Un abrazo. Javier y Montse.
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