sábado, 21 de septiembre de 2019

Dolomitas 2019. 5, Punta Anna y sentiero Astaldi

Viene de "Dolomitas 2019. 4, Sorapiss y Cadini de Misurina"

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Día 31 de agosto, ferratas en Punta Anna y Sentiero attrezzato Astaldi. El último día antes del viaje cerramos con broche de oro. Como siempre, madrugamos. Comenzamos el viaje en el aparcamiento del refugio A. Dibona, bajo la Tofanas de Rozes y nos encaminamos al refugio Pomedes, de donde sale la ferrata a la Punta Anna a la Tofana di Mezzo.


Sea porque comenzamos temprano o porque el tiempo no da una garantía total, el caso es que tenemos el placer de hacer la magnífica ferrata sin coincidir con nadie, lo que no es fácil en una vía tan famosa como esta.



Al propio trazado de la ferrata, que en gran parte va por la misma cresta del contrafuerte, se une el día, pues la nubes entran y salen aumentando la espectacularidad del entorno. Vamos ganando altura y pasando sobre grandes paredes. Al fondo, casi en la vertical, los refugios aparecen minúsculos.



Superada la Tofana di Pomedes tomamos de bajada el sentiero attrezzato Olivieri, que nos deja en el refugio, donde nos espera la mitad del grupo.

Continuamos todos juntos el descenso desviándonos por el precioso sentiero attrezzato Astaldi. La ruta pasa por unos estratos de colores realmente sorprendentes, que ofrecen composiciones de una estética magnífica. Aquí también tuvimos nuestro punto de adrenalina, pues los truenos comenzaron a escucharse cuando estábamos en mitad del sendero asegurado.




Acertamos radicalmente, porque cuando regresábamos al refugio Dibona comenzó a llover y pudimos celebrar nuestras excursiones en su terraza cubierta, viendo como el cielo dejaba caer de una vez el agua que se había aguantado durante el día.

Ya sólo nos quedaba recoger y pasar la última noche en Misurina, antes de tomar el avión de regreso a la mañana siguiente.



En este enlace puedes acceder a una colección de fotos de la jornada del 31.

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Por último, como resumen general de la fantástica salida a Dolomitas, dejo un enlace al artículo del blog "El Rincón del Trotamundos".


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Dolomitas 2019. 4, Sorapiss y Cadini de Misurina.

Viene de "Dolomitas 2019. 3, Lavaredo y Monte Paterno"

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El día 29 vamos hacia el lago de Sorapiss, también cercano. La previsión meteorológica era bastante pesimista. En un principio queríamos salir desde Cortina D'Ampezzo y hacer un recorrido lineal, en sentido contrario a como lo hicimos en el anterior viaje. Nos pareció arriesgado, pues teníamos que ir por una línea de cumbres y también convenía reducir la dureza de días anteriores. Decidimos ir directamente al lago desde el passo de Tres Croci.


La primera parte es por bosque. Poco a poco vamos cogiendo altura hasta pasar por un tramo equipado antes de llegar al lago, uno de esos lugares alucinantes, imprescindibles de Dolomitas.



El paisaje con un lago de aguas azul turquesa es difícil de comprender. Los minerales disueltos en el agua le dan ese color. No hay trampa ni cartón en las fotos. Rodeamos el lago y no nos resistimos a las sesiones fotográficas.





Como de costumbre, hemos madrugado mucho, lo que nos ayuda a disfrutar de los lugares antes de que llegue la mayoría de la gente. En esta segunda parte del viaje, en la que los viajes de coche son muy breves, compensa especialmente.

Algunos regresamos rodeando por otro camino que recorre más bosque y otros lo hacen directamente para ir a visitar Cortina. El camino nos permite ver una cascada bastante alta.


También pasamos este día por algunas zonas asoladas. Ya habíamos visto miles de árboles tronchados en otros lugares y nos preguntábamos si sería por aludes. La respuesta resultó ser que no. En octubre del año pasado hubo una tempestad que arrancó 14 millones de árboles y como consecuencia de la cual murieron 30 personas. En algunas zonas se percibe la violencia del fenómeno meteorológico, que arrasó en algunos lugares las zonas bajas de los bosques.


El cambio climático está provocando tragedias también en la forma de las violentas manifestaciones de algunos fenómenos, cada día más y más frecuentes. Algunos políticos irresponsables (afortunadamente cada día menos) no se quitan la venda de los ojos, pero la situación es de emergencia y requiere un cambio radical en la relación que el hombre tiene con la naturaleza.

Pincha aquí para ver una sección de fotos de esta jornada.

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El día 30 recorreremos parte de los Cadini de Misurina, que está tan cerca que podríamos haber salido andando desde el apartamento.

Tras el tempranero paseo por el bosque, con frío, llegamos al corazón de un macizo donde cobra su expresión hablar de "llamaradas de piedra". Los pináculos de fantasmagóricos galayares se alzan hacia el cielo mientras nosotros los recorremos por portillas y atrevidos caminos.




La vista hacia las Tres Torres de Lavaredo sólo es el comienzo de una preciosa excursión. Cualquiera de los grupos montañosos de Dolomitas son bonitos. Todos merecen ser conocidos, pero este además, estado tan cerca, es un privilegio.




Algunos descensos por canales son complicados, aunque afortunadamente están bien equipados con seguros.

Por la tarde decidimos ir a visitar el pueblo de San Candido en Val Pusteria (Innichen en alemán), uno de los últimos valles, ya limítrofes con Austria. Nos llama mucho la atención la diferencia entre los pueblos de Dolomitas (cuanto más al Norte, mayor) con respecto a los situados hacia el sur, ya camino de Venecia, en cuanto a organización, arquitectura e incluso lengua (se oye mucho hablar en alemán). Antes de la Gran Guerra, varios valles pertenecían al imperio Austro-Húngaro y se ve que conservan parte de aquel carácter.



Es digna de visitar la colegiata, que fue edificada por primera vez en el siglo VIII. Tanto el edificio con su cripta como las tallas que alberga y el cementerio que la rodea son extraordinarios.

En este enlace puedes acceder a una selección de fotos de la jornada del 30.

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                                                             Sigue en "Dolomitas 2019. 5, Punta Anna y sentiero Astaldi"

Dolomitas 2019. 3, Lavaredo, Paterno.

Continúa de "Dolomitas 2019. 2, Catinaccio y Macizo Pala de San Martino"

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El día 28 vamos a rodear las Tres Cimas de Lavaredo y a hacer la ferrata del monte Paterno y el sentiero attrezzato Luca-Innekoffler. El apartamento que hemos reservado está en el lago de Misurina, uno de los entornos más bonitos que se puedan imaginar para alojarse. Las ventanas dan sobre el lago, las Tres Cimas y los Cadini. A la derecha vemos el macizo del Sorapiss. Todo está a un tiro de piedra.



En pocos minutos estamos en la base de partida, el refugio Auronzo, tras pagar el peaje (30 euros por coche).

A pesar de ser uno de los destinos senderistas más frecuentados, la excursión merece mucho la pena. La mayoría de la gente va directamente desde el refugio Auronzo al Locatelli, desde donde se contempla la más conocida imagen de las Tres Cimas. El sendero que las circunvala, en comparación, está casi vacío de gente. Por supuesto ese es el que tomamos.


En el refugio nos separamos. Unos vamos hacia el monte Paterno y otras regresan utilizando un sendero elevado por el que tampoco va demasiada gente.

Cuando estuvimos la primera vez, en el 2011, nadie se animó a subir conmigo; las nubes parecía que iban a impedir cualquier vista. No estoy seguro de que la decisión de subir fuera la más sensata, pero... no me iba a quedar con las ganas, así que hice la ferrata yo solo y tuve el placer de no encontrarme con nadie hasta que no descendía ya casi junto a las Tres Cimas. Vista la popularidad que tiene esta ferrata, aquello fue casi un milagro. El entorno -más aún cuando se está sólo y rodeado de nubes- es espectacular y a la vez sobrecogedor. Tras una corta espera en la cumbre mi atrevimiento tuvo su recompensa; las nubes abrieron huecos que me permitieron disfrutar de las vistas bajo mis pies. Las Tres Cimas aparecían de forma intermitente.





La subida se hace a través de una sucesión de túneles, pasillos tallados en las paredes y una trepada asegurada sin gran dificultad. Ahora las cosas son diferentes. Hay colas de gente para subir y bajar. Varias imágenes recuerdan a la famosa foto del atasco en la arista cimera del Everest.

Por suerte, hay varios grupos que van con gente de niveles variados y nos dejan pasar, lo que hacemos con decisión. El atasco está en los primeros tramos; una vez superada la multitud, la cosa es radicalmente diferente.

Disfrutamos de la ascensión y de la cumbre, que es realmente atractiva. Desde allí vemos parte del sendero Luca-Innerkofler que sigue en dirección hacia el valle de Sesto, el lado contrario al que debemos tomar para atravesar el Paterno. Tiene una pinta estupenda, así que por unanimidad del grupo, lo seguiremos hasta que comienza a perder altura.

Es un tramo increíble. Aparte de los restos de fortificaciones de la Gran Guerra, pasa junto a crestas pináculos y formaciones asombrosas, por puentes y travesías sobre abismos y además ¡no hay nadie! Es difícil de creer que todo el mundo quiera subir al Paterno y que tan poca gente venga por este sendero, que para nosotros es mucho más bonito. Lector, si vas al Paterno, no dejes de recorrerlo.




El tramo de salida hacia las Tres Cimas tampoco tiene gente. Parece que todos suben y bajan por el lado del Locatelli ¡no saben lo que se pierden! El sendero pasa de uno a otro lado de la montaña por huecos tallados, túneles y algunos tramos equipados, dando vistas a emplazamientos soberbios.

El contraste cuando llegamos al abarrotado camino principal es difícil de creer y aún así ¡qué belleza de lugar!

En este enlace puedes acceder a una colección de fotos de la jornada.

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                                                       Continúa en "Dolomitas 2019. 4, Sorapiss y Cadini de Misurina"

viernes, 20 de septiembre de 2019

Dolomitas 2019. 2, Catinaccio y macizo Pala de San Martino

Sigue de "Dolomitas 2019. 1, Caladora, Sassolungo, Viel del Pan, Nuvolau-Averau-Cinque Torri"

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El domingo 25 vamos al grupo del Catinaccio. Tomamos dos telesillas desde Pera di Fassa que nos dejan al comienzo del camino, pero nos encontramos con la sorpresa de que uno de los senderos que teníamos previsto está cortado por derrumbes.

Nos adaptamos. Carmen, Sonso y Alicia suben directamente al refugio de Vajolet, bajo las agujas del mismo nombre. Los demás tratamos de hacer la vuelta al Catinaccio y la ferrata Santner que nos llevarían al mismo sitio.




Nuestro recorrido es largo y exigente. Las nubes revientan cuando -afortunadamente- acabamos de llegar al refugio Fronza alle Coronelle. Cuando remite la lluvia decidimos acortar por la forcella di Davoi y reencontrarnos con las chicas ya en el telesilla. A ellas les cogió la tormenta en el refugio Vajolet, así que tampoco tuvieron problemas.

Las imágenes del grupo del Catinaccio son  magníficas, pero las nubes crepusculares nos impidieron volver a disfrutar por la tarde del fenómeno de la enrosadira (el color rojizo que toma la dolomía cuando le da el sol que sale o se pone). Nos conformamos con las leyendas sobre el "Rosengarten" que os recomiendo busquéis en Internet.




Ya en Falcade damos un paseo por el pueblo. La parte antigua tiene magníficas construcciones tradicionales.



Aquí puedes acceder a una colección de fotos de la jornada del 25 de agosto.


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El lunes 26 nos dirigimos hacia San Martino de Castrozza, donde tomaremos dos teleféricos que nos suben hasta las proximidades del refugio Rosetta. Dejamos en el refugio lo que no necesitaremos en día y nos encaminamos hacia el glaciar y pico Fradusta.

El ascenso nos ha evitado un enorme desnivel, pero también el paso por bosque, así que la salida empieza directamente sobre un terreno más inhóspito de lo habitual, con lapiaz, roca modelada por glaciación y pedreras.



La jornada se presenta inestable; vemos las nubes evolucionar mientras nos adentramos en terreno de alta montaña. Ascendemos sorteando las irregularidades del terreno calizo. Las nubes juegan al escondite con cimas, cuerdas agrestes y portillas. Ya en la cresta cimera, los primeros que llegamos a la cumbre contemplamos el entorno, violentamente hermoso, con lo que queda del glaciar a nuestros pies.



En pocos minutos empieza a llover. Descendemos sin problema la parte más empinada. Ya en el altiplano, las nubes comienzan a descargar agua y se oyen algunos truenos amenazadores. Hacemos el camino de regreso mientras contemplamos cómo se van creando torrenteras y se llenan lagunas por todas partes. El paisaje cambia rápidamente.


El refugio, magnífico, está preparado para estas ocasiones, pues son habituales. Nos quitamos lo que se ha empapado y lo dejamos en la habitación específica para el secado que tiene un potente calefactor-ventilador. Antes de que anochezca las nubes desaparecen por completo y dejan un atardecer rojizo y una noche estrellada que parece hubieran sido previstos para reforzar la belleza del lugar.


A pesar de que es un refugio, cenamos casi a la carta y dormimos en una habitación para los siete.

En este enlace puedes acceder a una colección de fotos del día 26, primera jornada por el grupo Pala de San Martino, ascenso a cima Fradusta.


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Día 27, Cima de Val di Roda, tras un desayuno que desmerece a la cena del día anterior, iniciamos nuestra segunda jornada en el macizo. Seguimos el sendero hacia el refugio Pradidali. Primero desciende con un trazado en zig zag admirable y luego atraviesa horizontalmente una pared en el passo di Ball. En este tramo se pasa por un sendero asegurado ("sentiero atrezzatto"), donde lo recomendable es ir asegurado con el equipo de ferratas. La sombra de los picos parece un inmenso dinosaurio sobre el valle.



Ya en la portilla varios seguimos subiendo, ya por una vía ferrata, hacia la forcella Stephen y de allí hasta la cima de Val di Roda.

Las sensaciones son únicas: asombro ante las crestas que quedan frente a nosotros, euforia, entusiasmo, alegría... Seguimos un recorrido fácil desde donde se van desplegando valles y montañas sin fin.



La cumbre es una cresta estrecha sobre un abismo vertiginoso. Vemos, como si voláramos, el recorrido que hemos seguido ¡Qué belleza! ¡qué fuerza transmiten estos paisajes!

A la espectacularidad del entorno se suman el decorado de algunas nubes que hoy no amenazan tormenta, una bandada de perdices nivales, la imagen de otras personas pasando por lugares aparentemente complicados donde nosotros estábamos hace unos minutos.



Regresamos hacia San Martino di Castrozza para emprender un viaje largo (casi tres horas) hasta nuestro siguiente destino: Misurina.

En este enlace puedes acceder a una colección de fotos de la excursión del día 27 a la fantástica cima de Val di Roda.

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