jueves, 31 de diciembre de 2020

Feliz 2021

Carmen Castaño y yo, Javier San Sebastián queremos desearos para el año que entra:


Además de los anteriores, me gustaría ampliar mis deseos para 2021. Espero que …


No renunciemos a aprender, a conocer, a descubrir

Seamos capaces de entender y reflexionar antes que actuar de forma impulsiva

Nuestras conclusiones se basen en hechos demostrados

Seamos libres para expresarnos, pero sin herir a quienes tengan diferentes criterios

Seamos autocríticos

Seamos creativos, usemos nuestra imaginación, descubramos la belleza 

Respetemos y defendamos nuestro hogar común, la tierra

Seamos capaces de compartir



lunes, 28 de diciembre de 2020

La Galana, Gredos, primera invernal. 2020-12

Todo se juntó para que la excursión a la Galana fuera memorable: un recorrido invernal de alto nivel, el tiempo atmosférico favorable, buena visibilidad y un grupo de amigos con los que hace tiempo no coincidía. 

No hay mucha nieve en Gredos, pero si mucho hielo. Las bajas temperaturas han preparado el suelo para acoger una buena nevada. Esperemos que haya suerte y este año podamos disfrutar del invierno.

La salida es dura y el tiempo de luz escaso (es mediados de diciembre), así que mejor madrugar. Tras la Laguna Grande seguimos hacia la Hoya Antón. En el ascenso por la canal que lleva a la base del Ameal de Pablo, la nieve fresca facilita el ascenso, pero aún no está consolidada sobre la capa helada anterior. Hay que ir con precaución cuando la pendiente se acentúa.



Desde la base del Ameal los crampones son imprescindibles. El Venteadero hace honor a su nombre; el viento ha barrido la nieve y ha dejado las placas heladas al descubierto. Llegamos al collado entre las cumbres de la Galana y comprobamos que requiere montar una cuerda fija. El hielo cubre las rocas, pero la temperatura está subiendo y no ofrece ninguna garantía. Subir a la cumbre requeriría más tiempo y material, así que preferimos dejarlo para más adelante. 



Disfrutamos de vistas espectaculares, con mares de nubes sobre el sur y cielos limpios. La Galana, una cumbre más agreste y solitaria que el Almanzor, es uno de esos lugares a los que siempre hay que volver.



En el descenso tomamos la primera canal desde el Venteadero, más protegida del viento y con nieve en buen estado y seguimos junto al Ameal. Paramos frente a la Canal de los Geógrafos. Aquí Félix me saca de un error indicándome cuál es la auténtica Canal de los Geografos, cuya historia comenté en este post anterior. Realmente, el mapa de Aurelio, cuya imagen puse allí lo indica correctamente. También se recoge en el mapa de Alpina. En esta imagen va superpuesto el track del recorrido que hicimos:

Desconozco el nombre de la canal que sube desde la Hoya Antón, por donde subimos y a la que me referí en el post anterior que cité antes. Como se aprecia, la canal de los Geógrafos está situada frente al waypoint que marqué en la bajada. Gana altura de forma muy directa y permite acceder siguiendo la loma hacia la base del Ameal (entre los dos tramos del track que se muestran).

También me confirma Félix que los cuatro montañeros que sirvieron como porteadores a los geógrafos en las mediciones que hicieron en los años 70 fueron "Bubi", Carlos Delgado, Jose Ramón "Isidrías" y él mismo, Félix García "Escubi".


De regreso por la Laguna, el cielo comienza a mostrar nubes que anuncian un nuevo empeoramiento. 


En este enlace puedes acceder a una colección de fotos más completa del recorrido.

En este otro enlace puedes acceder al track en Wikiloc.


sábado, 19 de diciembre de 2020

Arribes de Pereña. ¡A desalambrar! 2020-12

El Pozo de los Humos, especialmente visto desde el lado de Pereña, es uno de los espectáculos más asombrosos que se pueden encontrar en la provincia de Salamanca y yo diría que en España.

El río Uces es corto y estacional, pero cuando hay lluvias o deshielo, su cauce recoge un volumen excepcional de agua que se precipita con violencia. En la mayor parte de su curso la erosión ha creado un barranco encajonado, típico de las Arribes, pero al llegar al Pozo de los Humos se encuentra con una falla donde se interpone una masa de granito mucho más resistente a la erosión que los materiales geológicos del entorno. La cascada, de unos cincuenta metros de alto, provoca la pulverización del agua en su choque con las rocas.

Como muchos otros lugares de las Arribes, los paisajes son brutales, abrumadores y dignos de ser disfrutados una y otra vez.  


La visita al Pozo Airón es un complemento lógico y necesario si se viene por Pereña. El camino, bien conservado y señalizado desde el pueblo nos deja en poco tiempo en otro salto magnífico que ofrece la posibilidad de pasar por debajo sin mojarse (casi), igual que ocurre en el salto del Piñero por el lado de Masueco.



Desde el Pozo Airón se puede enlazar con la ermita de Pereña para hacer un recorrido circular que complete las caídas de agua con las vistas sobre Duero, encajonado y embalsado por la presa de Aldeadávila. Es un recorrido que hemos hecho otras veces, la primera parte del cual transcurre por sendas que se pierden en las antiguas terrazas de cultivo.

Antes de llegar a la ermita, el sendero tradicional (o al menos habitual), ha sido amputado por la concentración parcelaria, interponiendo vallas cinegéticas y alambres de espino. Es lógico y natural que se concentren los terrenos para dar más posibilidad de explotación a los ganaderos, pero algo falla: cortar un paso que se ha estado usando desde hace mucho tiempo y que completa un recorrido deseado por senderistas (también por cazadores) es un error. 

Hay una solución que se está imponiendo en multitud de lugares (por ejemplo, en Extremadura) que consiste en insertar allá donde los senderos encuentran las nuevas vallas puertas deslizantes, que no puede ni abrir ni usar el ganado, pero sí las personas que deseen atravesar la finca de forma civilizada. Un sendero de paso no provoca ni molestias ni problemas de ningún género a los propietarios y evita que las vallas se salten y rompan. Esta solución es más económica a medio plazo que simplemente prohibir el paso y obligar a rodear por carreteras, lo que poca gente hace, y menos si las vallas ya están dadas de si por el paso de personas que han venido antes.

Seguro que la Diputación Provincial apoyaría esta acción, que aumentaría el valor de la red de senderos de las Arribes. La llamada del Parque natural, que yo he dejado dicho que es de nivel mundial, debe ser cuidada; un sendero que se interrumpe y obliga a rodear por una pista anodina es desincentivar que las personas amantes de lo natural, o simplemente los turistas, vengan por aquí.

Por otro lado, llama la atención que se pierda irremediablemente el declarado patrimonio de la humanidad de la Unesco que son las vallas de piedra en seco. Las alambres que se están sembrando por doquier las está llevando a su desaparición. Es obvio que es más barato y rápido poner alambres, pero las vallas de piedra deberían ser subvencionadas. También debería dárseles todo su valor, mediante campañas informativas y premios para quienes las conservaran y promovieran. Seguro que existen ayudas que podrían gestionarse a nivel provincial, regional, estatal y europeo. Su valor patrimonial y también natural, al ser refugio de fauna, justifica su potenciación con los medios precisos. 

Desde la Ermita, el camino rodea el cerro con vistas panorámicas sobre el duero, llega al risco del Picón de la Tabla, baja al cauce junto a un precioso y bien conservado chozo de pastores y remonta el cauce para ascender al poco de regreso hacia Pereña, donde hemos dejado un coche para enlazar con el que dejamos al comienzo del recorrido.

Aquí puedes acceder a la ruta en Wikiloc (ten en cuenta que si las vallas están arregladas, tendrás que rodear las fincas por pistas. 

Pincha en este enlace para acceder a una colección de fotos de la jornada.


lunes, 7 de diciembre de 2020

Arribes del Huebra en Saldeana. 2020-12

La provincia de Salamanca tiene lugares de gran belleza, pero la comarca de las Arribes tiene una singularidad que hace que destaque y sea conocida a nivel internacional.

El Duero presta a las Arribes su imagen más reconocible, pero no la única; otros ríos han tallado el terreno con un poder parecido, a pesar de su menor cuenca fluvial que les hace más dependientes de las precipitaciones. 

En el Duero y el Tormes, los embalses crean la ilusión de lagos sobre los que se hunden las paredes verticales, mientras que en otros, como el Camaces, el Águeda o el Huebra, la naturaleza se muestra sin intervención humana. Siempre es un paisaje que impone y sobrecoge, pero cuando se acumulan lluvias, es digno de ser disfrutado. Las cascadas explotan envueltas en niebla pulverizada y el agua ruge al fondo de abismos.

Arribes tiene muchos más valores, como su avifauna, sus pueblos y los senderos por los que caminamos, rodeados de construcciones que son patrimonio de la humanidad y que debemos apreciar como tales: los muros de piedra seca, a los que se añaden los chozos y chiviteras.

El paseo de este domingo es por Saldeana. Caminamos hacia el Noroeste para alcanzar el espolón de Picón Rubio, primero de los miradores del día.

Seguimos en dirección ascendente el curso del río, por la parte alta del cañón. Vamos encontrando  balcones cada vez más espectaculares. Son lugares soberbios donde el esfuerzo compensa, tras pasar por senderos de ganado que se cierran a veces con escobas y zarzas. Los buitres se alzan frente a nosotros aprovechando con su envidiable planeo las corrientes térmicas.



Otra compensación es la soledad absoluta y el silencio. Sólo los sonidos de la naturaleza (bueno... y algunos disparos lejanos) nos acompañan.

Antes de llegar al promontorio donde se sitúan las rocas conocidas como El Fraile y la Monja, la lluvia nos persuade de seguir; preferimos seguir hasta Saldeana para comer en los molinos del Arroyo Grande. Desde allí seguimos el precioso sendero que rodea el castro del Castillo.



Nos paramos en cada mirador, aunque el sendero no tiene un metro que desperdiciar. El último, ya casi rodeado el cerro, es el broche de oro, el llamado "del Huebra", donde el Huebra muestra un meandro soberbio, con pozas rodeadas de paredes graníticas. 



La salida tiene como final lógico la visita al fantástico castro vettón del Castillo. Un lugar evocador, con una protección natural inmejorable en tres de sus caras y una poderosa muralla precedida del mayor campo de piedras hincadas de todos los castros vettones. Los derrumbes de piedras por todas partes me hacen soñar con la esperanza de se acometa su investigación arqueológica y puesta en valor. Sólo hay que ver los restos que permanecen visibles para comprender su importancia histórica.

En este enlace puedes acceder a una colección más completa de fotos de la jornada.

La visita al castro de Saldeana y el recorrido circular del monte sobre el que se asienta y los molinos está perfectamente señalizado sobre el terreno, aunque si lo deseas, también hay multitud de tracks para descargar en Wikiloc.

miércoles, 2 de diciembre de 2020

Batuecas, Salamanca. 2020-12

Hay dos lugares que la cultura popular ha asociado con la ensoñación: Babia y las Batuecas. Ambos me enamoran. Siempre hay un buen momento para "estar en las Batuecas", aunque su belleza destaca cuando la humedad acentúa el contraste del musgo húmedo sobre árboles y rocas.

El monte se viste de gala con su cara lavada por la lluvia de días anteriores. Las cascadas y torrentes estarán pletóricos. 

Desde el mismo inicio del recorrido, el sendero adaptado ofrece un paseo sin obstáculos. Quien lo desee lo puede disfrutar, sin excepciones. En esta ocasión, la intervención humana ha sido acertada en mi opinión: el corredor de maderas no llama la atención más que el paisaje, como ocurre con algunos miradores agresivos, y permite moverse bajo el bosque sin dañarlo.

El paseo se complica y embellece cada vez más desde el monasterio. El río casi alcanza la enorme valla y las raíces mojadas son un pavimento precioso sobre el que hay que caminar con atención. 

Resulta chocante que estemos en el llamado "Desierto de San José", denominación que se refiere no a la vegetación de este paraíso sino a la soledad, silencio y austeridad que buscaban los monjes en un lugar apartado y con difícil comunicación.




Tras el tejo centenario, el eucalipto y los cipreses, se van sucediendo robles, alcornoques, encinas, enebros, pinos, madroños y otras especies. A cada paso veo una imagen que quiero conservar. No soy capaz de seguir al grupo; me paro a cada paso para ver la vegetación y el agua transparente. El cromatismo intenso de los verdes se complementa con los últimos tonos otoñales. Al espectáculo se une el trino de los pájaros, que afortunadamente esta vez no se cubre con voces ¡maravillas de las malas previsiones meteorológicas!

Seguimos hacia los abrigos con pinturas rupestres y los escarpes que dan vistas al valle. Los fósiles comienzan a hacerse visibles, incluyendo las ondulaciones fósiles o ripples, que muestran que en un pasado remoto (hace más de 400 millones de años) el lugar fue un mar de aguas poco profundas.


El paso del "regato de los Fósiles" no está nada fácil. Viene cargado de agua. Antes de llegar a la cascada del Chorro el valle nos muestra los primeros encajonamientos en la cuarcita y el risco separado que recuerda a la Torrita. Con razón la zona recibe los nombres de "Las Catedrales" y "las Torres".

El Chorro y las cascadas que le preceden están espectaculares. Las rocas, resbaladizas y con cierto peligro. Atención a los buscadores de imágenes difíciles si se visita cuando está húmedo.


Remontamos hasta el sendero superior del valle, con algunas breves dificultades, para completar la ruta por la ladera derecha (orográfica) y regresar al sendero adaptado. El día frío, la llovizna intermitente, las nubes, los troncos de los alcornoques descortezados, el musgo omnipresente, las alfombras doradas de hojas caídas y la compañía, todo se ha juntado en un día magnífico, inolvidable. ¡Hay que estar más en las Batuecas!

El recorrido hasta la cascada y volver, con las visitas a los abrigos rupestres, son unos 11 km y 250 m de desnivel. No hay pérdida. Es seguir el sendero del fondo del valle. 

En este enlace puedes acceder a una colección más completa de fotos de la jornada.

jueves, 19 de noviembre de 2020

Pico Gallo. Cármenes, León. 2020-11.

El pico Gallo se sitúa al sur de Cármenes, dentro de la reserva de la biosfera de los Argüellos, en León.

El recorrido que lo rodea es uno de los clásicos de la zona. Nosotros lo comenzamos desde las afueras del pueblo. Ganamos altura despacio por el camino que sube entre prados y llegamos al primer mirador sobre la sierra del Mediodía. Aunque el tiempo está inestable, las vistas son fantásticas.

Seguimos hasta un pinar de repoblación cuajado de abedules. En algunas partes el amarillo otoñal de las hojas de los abedules llena el suelo. Sorprende la multitud y variedad de setas que crecen en el pinar. 

Llegamos a la cuerda que da vistas al valle de Gete. Enfrente de nosotros la sierra de Arena muestra sus laderas norte llenas de hayedos y robledales. A la derecha, las elevaciones del Machamedio y el Fontún. A la izquierda, el río Torío que se precipita hacia las hoces de Vegacervera. 


Nos apartamos un poco del sendero y cresteamos hasta la Peña Grande. Un bosquete de gruesas hayas, precioso por su tamaño y el color de sus hojas, llega casi hasta su cumbre: Bajo las rocas cimeras vemos la entrada de una sima señalizada. 



El descenso desde allí es una gozada. El sol aparece, desaparece y refuerza las imágenes del magnífico bosque de Fanegas y Monte Brición.




Es un recorrido sencillo, variado y muy recomendable.

Abedules, cerezos silvestres y servales de cazadores repletos de frutos añaden otros colores al espectáculo del descenso.

En este enlace puedes acceder a una colección de fotos del recorrido.

En este otro enlace, puedes acceder al track en Wikiloc.