martes, 25 de mayo de 2021

Cordel de Sonsoles, Ávila 2021-05

La pequeña sierra de las Yemas, piedemonte de las parameras de Ávila, es durante un breve periodo primaveral una alfombra saturada de colores. Las flores muestran su belleza efímera y las plantas aromáticas desprenden su perfume con cada paso que damos. 

Partimos de la localidad de Mironcillo, al pie del castillo de Manqueospese, tardía fortaleza que ha transmitido más leyenda que historia. Sus murallas están pegadas a la roca, mimetizadas con el paisaje, pero aún así se recorta altivo sobre un promontorio con la sierra del Zapatero a sus espaldas.


Jose nos ha preparado un recorrido que sigue uno de los cordeles usado durante siglos para la trashumancia, en este caso de corto recorrido. El suelo en las laderas serranas es pobre, poco útil para el cultivo salvo en los valles junto a los cursos de agua, si bien las zonas de pasto son abundantes. La vegetación se agostará en unas semanas si no llueve, pero de momento, la explosión de flores es de una belleza difícil de creer.



El río Fortes transcurre junto a praderas flanqueado por fresnos de gran tamaño. Siguiendo el bosque de ribera, antes de llegar a Escalonilla, vemos los restos de uno de los molinos cuyas potentes infraestructuras muestran su pasada importancia.

Atravesamos Riofrío, asentado entre piedras caballeras y berrocales. El puerto del mismo nombre nos llevará siguiendo las praderas multicolores hasta la ancestral venta de la Tortilla. La acción humana ha modelado el paisaje en una magnífica dehesa de encinas.






La diversidad del territorio se nos muestra cuando descendemos hacia el valle Amblés. Dejamos atrás el arbolado y nos adentramos en la gran planicie cuajada de campos de cultivo, la mayoría, de cereales. Según nos acercamos a Ávila también aparece la mastodóntica y desierta urbanización de calles y parcelas que ha asfaltado una parte enorme del campo entre Ávila y Sonsoles.

El broche final del recorrido es un opíparo cocido que tenemos encargado en la venta de San Isidro, junto al Soto, ya en Ávila.

En este enlace puedes acceder al track del recorrido.

martes, 4 de mayo de 2021

Cañada Real Leonesa Oriental. La Cañada-Toros de Guisando. 2021-05

Existe un patrimonio, propiedad de los españoles, que es casi desconocido: las vías pecuarias. Cañadas, cordeles y veredas atraviesan el territorio en una red inmensa. El recorrido de hoy nos lleva por una de las nueve "reales"; caminaremos por un tramo de la Cañada Real Leonesa Oriental.

Las cañadas reales son enormes trazados utilizados para la trashumancia. Por su importancia social y económica, su uso y mantenimiento fue regulado por Alfonso X en 1.273, aunque varias existían desde muchos siglos antes. El "Honrado Concejo de la Mesta" era un gremio que velaba por los intereses de los ganaderos trashumantes y les organizaba. Como dato curioso, los ganaderos y pastores que se dedicaban a la trashumancia estaban exentos de participar en servicios de armas o de testificar en juicios. 

Iniciamos nuestro recorrido entre la estación de La Cañada y Las Navas del Marqués, en Ávila. Desde el inicio, el terreno dibuja claramente los casi 75 m de anchura originales, con marcados cambios de vegetación, vallados de piedra, mojones, hitos y -en esta época del año- campos verdes donde ahora pastan vacas que ya no saben de grandes desplazamientos caminando.

Al parecer, durante los periodos inestables de presencia musulmana, las campañas de guerra se hacían con el buen tiempo. La tierra de nadie entre uno y otro poder dejaron de cultivarse: no salía a cuenta, dado que las cosechas iban a ser robadas o quemadas. Sin embargo, en primavera y otoño, se podían atravesar y el ganado podía pastar sin problemas en sus largos desplazamientos entre los agostaderos y los lugares de invernada.

El recorrido cruza el páramo dando vistas a las sierras circundantes. Las nubes agregan su punto de belleza e incertidumbre, pues vemos varios chubascos. El día, fresco, anima a caminar. Pasamos vaguadas, vadeamos arroyos y sentimos algo parecido a lo que percibieron los pastores durante siglos. Las cañadas son corredores naturales, ahora poco transitados, así que algunos animales se dejan ver, como zorros o un corzo, aparte de numerosas especies de aves.

Delimitar los lugares de paso de ganado era uno de los objetivos de la regulación que estableció Alfonso X. Con la consolidación de la reconquista los agricultores vuelven a trabajar las tierras, lo que crea conflictos con los ganaderos. A pesar de ello, la institución de la Mesta se mantuvo hasta su eliminación en 1.836.

Las flores van apareciendo entre los enebrales, indicando que vamos perdiendo altura. El valle del Alberche se muestra espléndido, con las viñas de Cebreros salpicando el paisaje. El cantueso pone su contraste morado. 


Dejamos a un lado el Tiemblo  y seguimos hacia el río, que cruzaremos por los preciosos puentes de Valsordo y Santa Justa. El conjunto arquitectónico tiene origen romano, si bien ambos han sido reconstruidos en varias ocasiones. El de Valsordo muestra tres arcos de medio punto, el central mucho mayor y una fuerte inclinación de entrada. El trazado es en ligera curva y dispone de un poderoso tajamar. Ambos tienen su pavimento empedrado.


La inscripción original grabada en una gran piedra informa que se trataba de un contadero, donde había que pagar derecho de portazgo al obispado y a un conde.

La cañada se pierde de forma intermitente, aunque se intuye entre los campos repletos de vegetación mediterránea. El cambio ha sido notorio. Los montes están rojos y marrones de cornicabras, que junto con el amarillo de los piornos y los puntos de las jaras ofrecen un espectáculo de color soberbio.



El siguiente punto de interés es el puente de la Yedra, medieval, con orígenes romanos, de un sólo ojo. En unos pocos kilómetros llegamos a los Toros de Guisando, colofón perfecto que sugiere la presencia ganadera desde tiempos vetones.



En el final de nuestro recorrido el asfalto ha eliminado a la cañada. Aunque las vías pecuarias están protegidas por ley y son de dominio público (Ley 3/1.995), es más fácil verlas usurpadas, asfaltadas o cubiertas por urbanizaciones que en su estado natural. 

Debemos ser conscientes del enorme valor cultural y medioambiental de estos trazados, facilitadores de comunicación durante siglos, corredores naturales y refugio de fauna. No debemos ser indiferentes a la desaparición de estos recorridos públicos y ancestrales.

En este enlace puedes acceder a una colección más completa de fotos. La salida fue organizada por mi amigo Jose y fuimos un grupo de amigos abulenses.

Aquí puedes acceder al recorrido en Wikiloc. Son más de 32 km de los 700 que tiene la calzada real.

En este enlace se puede acceder a un mapa de las vías pecuarias que transcurren por la provincia de Ávila.

En este otro enlace, las de la provincia de Salamanca, donde hay una extraordinaria riqueza y variedad.