El primer día las previsiones meteorológicas no eran nada buenas. Era seguro que nos caería lluvia, así que elegimos una ruta que transita a menor altura, los canales del Cinca.
El camino parte del pueblo de Bielsa (del mismo aparcamiento inferior) y asciende por el bosque para llegar en primer lugar al mirador sobre el pueblo. Unos paneles nos informan de la batalla conocida como "La bolsa de Bielsa" (al final del post, más información).
Seguimos el camino de servicio del Canal del Cinca, cuyo sector primitivo recorre el tramo entre el Cinca y Tella. Sorprende encontrar una obra como esta en medio de la ladera, que a veces es muy inclinada y otras simplemente es una pared vertical que debe ser atravesada mediante túneles.
El canal comunica el tramo superior del río Cinca con la central de Lafortunada, pasando por la localidad de Tella. En 1.918 fueron aprobadas las obras, de enormes proporciones, que incluían además del propio canal, albergues y barracones para trabajadores, hospitales, puestos de control y vigilancia, almacenes, talleres, hornos de cal y yeso, carboneras, caminos de servicio y otras infraestructuras.
Los trabajos de construcción duraron diez años, y precisaron salvar varios barrancos y abrir túneles en la roca caliza, lo que se hizo sin maquinaria pesada, que no podía acceder hasta allí.
Sólo conocer la obra e imaginar su construcción ya merece una visita, pero es que además el recorrido es aéreo, entretenido, con mucha vegetación y con vistas fantásticas. Como anécdota, cayó una tormenta de agua cuando estábamos a mitad de camino... justo cuando llegábamos a una zona excavada en la roca, así que no nos mojamos. Después estuvo chispeando a ratos, sin que molestara lo más mínimo para disfrutar de esta preciosa y recomendable ruta.
Un sendero en descenso por el bosque nos deja en la localidad de Salinas de Sin, donde estamos alojados. Antes de llegar, tocó atracón de zarzamoras.
La Bolsa de Bielsa
En 1.938 tuvo lugar el último episodio bélico de la Guerra Civil en los Pirineos aragoneses, más concretamente en los valles del Cinca y del Ara. Durante dos meses, 7.000 soldados pertenecientes al ejército leal, mal armados y abastecidos, plantaron cara al rebelde, que contaba con fuerzas numéricas y materiales muy superiores, con ocho veces más piezas de artillería y apoyados por aviones alemanes e italianos.
La orografía y el mal tiempo ayudaron en la resistencia, pero el avance de los sublevados no se podía contener por más tiempo; el ejército leal tuvo que replegarse hacia el norte. Entre Tella y Bielsa lo hicieron a través de los 14 km del camino de servicio del canal y por la propia conducción que fue vaciada de agua.
Bielsa y los pueblos próximos quedaron rodeadas por el ejército enemigo. En pocos días fueron reducidas a escombros por los bombardeos de la aviación. Ante la inminencia de la derrota, se organizó el éxodo hacia Francia de los más de 4.000 civiles que se habían quedado sin nada.
Las tropas leales a la República acompañaron a la gran columna humana a través del Puerto Viejo de Pineta. Nada más llegar a los campos de refugiados, se organizó una consulta preguntando quien quería regresar a los pueblos, quien quedarse y quien regresar a la lucha. 411 militares decidieron entregarse en España y 6.889 decidieron reincorporarse al frente de batalla, lo que hicieron a través de Port Bou.
En este enlace del Museo de Bielsa se puede acceder a más información.
En este enlace puedes acceder a una colección más completa de fotos.
Y aquí, puedes ver el track del recorrido.
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