Día 10 de septiembre. Nuestros amigos abulenses habían llegado el día anterior. Juntos (Carmen, Isabel, Alicia y Jose y yo, Javier) hacemos un recorrido clásico: La Senda de Cazadores, la Faja de Pelay y el descenso por el valle, parando a disfrutar de las cascadas.
La senda de Cazadores es un camino agradecido. Aunque gana mucha altura, la pendiente es muy mantenida gracias a su trazado magnífico. En algunos puntos el camino atraviesa laderas muy inclinadas. No es de extrañar que haya carteles que informan de la prohibición de abandonar el camino.
En el mirador de Calcilarruego la visión se abre sobre la mayor parte del valle. La cascada de Cotatuero esta vez es sólo un hilo de agua.
No me resisto a la tentación de mostrar dos imágenes en el mismo mirador. En ambas aparecen dos personajes, situados en los extremos de las fotos: Jose y yo. Entre ambas fotos, 40 años de diferencia. Como dijo Serrat "hace 20 años que dije que hacía 20 años tenía 20 años". Una cuantas botas hemos gastado desde entonces.
El tiempo (meteorológico) ha mejorado y disfrutamos de una jornada magnífica. La ancha Faja de Pelay a veces aparece como un bosque colgado en el precipicio. Siempre hay árboles, plantas o flores que aportan imágenes magníficas. Este año, una sorpresa agradable, que no le pasó desapercibida a Carmen, que tiene un radar especial para los frutos rojos, fueron las frambuesas.
Otra sorpresa fue la cantidad de gente que encontramos en el valle. Más que en ninguna otra ocasión. No obstante, parece que el objetivo de todo el mundo es llegar a la Cola de Caballo. En los miradores de las cascadas coincidimos con muy poca gente. A pesar del bajo caudal, su visión sigue siendo un espectáculo imprescindible.
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Este recorrido es muy conocido, así que no pongo el track. Hay decenas similares en Wikiloc.
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