Una descomunal barrera semicircular coronada por picos que llegan a los 2.426 m (Roque de los Muchachos), se desploma en una de las mayores depresiones geológicas del mundo: La Caldera de Taburiente. El Barranco de las Angustias es la salida natural de las aguas que fluyen por sus barrancos.
La tempestad de viento sobre la isla hizo que se cerraran todos los senderos, los expuestos y los que no: tras la tragedia de Valencia prefirieron pasarse antes que quedarse cortos.
Aprovechamos para hacer una visita al yacimiento arqueológico de Belmaco, uno de los más importantes de Canarias. Lo más llamativo son sus paneles con petroglifos. Estos grabados con símbolos lineales se encuentran en otros lugares de la Palma y por el momento se desconoce su significado.
Llamamos por teléfono al Parque Nacional para saber si había algún sendero abierto (ya lo habíamos hecho antes sin obtener respuesta). Para nuestra sorpresa, el barranco de las Angustias estaba accesible, así que para allá fuimos sin parar ni a comer.
Una estrecha carretera nos deja en el comienzo, a poco más de 400 m sobre el nivel del mar. Remontaremos caminando hasta donde la luz solar nos lo permita.
El agua es un recurso muy valioso. Desde hace siglos se recoge para agricultura y consumo humano. Por este motivo solo se ve fluir un arroyo en lo que fue un río. Podemos seguir su curso la mayor parte del tiempo.
En un estrecho, a la altura del arco natural formado por una gran roca encajada entre las paredes, tomamos el sendero señalizado que da un inapreciable rodeo.
Pasamos bajo rocas azuladas, grises y marrones, diques magmáticos, estratos provocados por sucesivos periodos de actividad, paredes escarpadas donde crecen plantas rupícolas, pinos canarios que van ganando terreno en lugares inverosímiles, rocas pulidas con formas orgánicas provocadas por la erosión fluvial y la presencia de picos y roques como el de Idafe, que surge como un monumento.
Comparando las fotos al llegar a casa me doy cuenta de que en efecto es mucho más pequeña. El motivo: ¡avalanchas de piedras y tierra han cubierto más de cuatro metros desde su base! En fotos anteriores se observa claramente que hay varios puntos donde surge el agua con diferentes colores. Pues bien ¡ahora no existen, están tapados! A mi no me parece mal que la dejen como está, al fin y al cabo es lo esperable en un terreno sujeto a las violentas tormentas y no se debe llevar la contraria a la naturaleza. No obstante, creo que debería explicarse en un panel al comienzo de la ruta para que nadie se lleve una decepción, dada la cantidad de fotos que pueden verse en Internet de su estado previo. El barranco es un espectáculo increíble, con o sin la cascada.
Como teníamos tiempo, decidimos subir al mirador de La Cumbrecita, situado al sur de la caldera de Taburiente, junto al volcán Bejenado. Esta elevación cerró el primitivo desagüe de la Caldera de Taburiente que se producía por el valle del Riachuelo. Al surgir el Bejenado, el agua buscó salida por Las Angustias. A este mirador sólo se puede subir con permiso previo (se consigue por internet sin problemas) o bien a partir de las 16:00 (en invierno).
El espectáculo de los picos con la puesta de sol fue una gozada. Tanto que se nos hizo completamente de noche en uno de los miradores. Nos quedamos solos con las estrellas en la Cumbrecita (sin ningún problema para regresar al coche).
En este enlace puedes acceder al track en Wikiloc.
Y aquí puedes acceder a una colección que incluye imágenes del yacimiento arqueológico de Belmaco (que fue el primero descubierto en Canarias) y ya en la Caldera de Taburiente, el barranco de las Angustias y los miradores de La Cumbrecita.
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En este enlace puedes acceder a un artículo sobre el volcán Tajogaite.
Aquí sobre la ruta de los Nacientes de Marcos y Cordero
Gracias Javier!!
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