La laurisilva es un bosque subtropical que existía hace 20 millones de años (no en La Palma, que geológicamente es más joven). Las grandes extensiones del hemisferio norte desaparecieron con las glaciaciones. Actualmente quedan reductos en la Macaronesia. El Cubo de la Galga es un magnífico ejemplo.
Pasado el túnel de la Galga, al nordeste de la isla hay un aparcamiento con un punto de información donde se inicia el recorrido. Una pista, asfaltada en sus primeros metros se adentra por el fondo del barranco. Tilos, laureles, sanguinos, viñátigos y otros muchos árboles, trepadoras, arbustos y plantas que desconocemos van forman una bóveda vegetal donde el día se oscurece.
Todo el camino parece estar en el interior de un cuento. Tuvimos la enorme suerte de comenzar temprano, lo que -unido a la previsión meteorológica poco favorable- hizo que no viéramos a nadie durante la subida (y ya raro porque este es uno de los senderos de bosque más conocidos, junto con el de los Tilos, que ahora está cerrado debido a un desprendimiento).
El camino no tiene pérdida, pues es seguir la pista hasta cruzar bajo el estrecho arco de un canal y llegar al "jardín de los Helechos". Allí optamos por girar a la izquierda por el sendero que sigue el trazado de un canal atravesando la empinada ladera.
Este tramo acaba en una estrecha carretera. Tras seguirla unos metros afrontamos un tramo bastante duro hasta el sobredimensionado mirador de Somada Alta. Desde allí se contempla la panorámica de la selva que casi llega hasta el mar. Este tramo es un paréntesis en el bosque templado y -aún siendo interesante- es prescindible al menos cuando hace mucho calor.
Tras el mirador, la pista se adentra de nuevo en la espesura de la laurisilva y llega hasta la parte inferior del barranco donde está -en mi opinión- el tramo más bonito. Árboles enormes, musgo, lianas, paredes verticales tapizadas de plantas se suceden hasta llegar de nuevo al "Jardín de los Helechos". Desde allí se regresa por el camino que trajimos a la subida, ya con bastante gente.
Al llegar al aparcamiento nos encontramos con que el camino ¡está cortado debido al viento! No habíamos tenido ni una brizna de aire, pues la tempestad estaba en el lado contrario de la isla. Por suerte, cortaron el acceso cuando nosotros ya estábamos dentro. Por cierto, la gente entraba haciendo caso omiso a la excesiva prohibición.
Completamos la jornada yendo con el coche hacia el Norte, asombrándonos con las plantaciones de plataneras que tapizan las laderas. Pasado Barlovento paramos en el mirador de La Tosca, desde donde se aprecia una costa con grandes acantilados. Debajo del mirador se ven grupos de dragos, aparentemente cultivados, pues crecen junto a las viviendas. Según se indica en un cartel, se trata de una de las mayores concentraciones de Canarias. Aparte de su llamativa estética, el drago fue un árbol importante en la economía de las islas, pues se aprovechaba casi todo de él.
Nos asomamos a ver las piscinas naturales de La Fajana, también en Barlovento. No nos animamos a bañarnos porque el aire fresquito ya arreciaba bastante.
En este enlace puedes acceder a una colección de fotos más completa.
Y en este otro, el track del recorrido en Wikiloc.
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Otros recorridos de esta estancia en la isla de La Palma:
- Nacientes de Marcos y Cordero
- Roque de los Muchachos-Pico de la Nieve, Caldera de Taburiente
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