Por fin hemos regresado a Gredos. Ya habían pasado varios meses de la última salida, tantos como el tiempo de confinamiento al que el maldito virus nos obligó.
Está claro que había muchas ganas de volver a la sierra: cuando llegamos a la Plataforma de Navacepeda, a poco más de las ocho de la mañana, quedaban pocas plazas de aparcamiento libres. Seguro que esa mañana tuvieron que cerrar el acceso.
Comenzamos la subida por Reguero Llano para evitar a la gente que iba por el camino normal. Pocos saben que el primer refugio de Gredos se construyó en 1919 en este lugar por el "Club Alpino Español" (*).
Vemos mucha gente joven, bastante más de lo normal, lo que nos alegra. Espero que disfruten como nosotros lo venimos haciendo desde hace tantos años.
La senda real nos va llevando por su buen trazado hasta la Portilla del Rey. El origen del camino que seguimos está en la creación en 1905 del Real Coto de caza de Gredos. Entre 1911 y 1919 se organizaron "cacerías reales"; Alfonso XIII participó en cinco de ellas. Para facilitar la actividad se construyó en1914 el refugio del Rey en Navasomera y se crearon los caminos que servirían a las comitivas de nobles y regios cazadores. Ya con un nivel superior, en 1928 se construyó el edificio que después pasó a ser el primer Parador Nacional de Turismo de España, el de Navarredonda (*).
Desde la Portilla del Rey continuamos hacia el promontorio rocoso que se asoma sobre las Cinco Lagunas. Es un balcón espectacular, con una visión aérea muy original y que no se suele visitar. Varias veces, yendo por el cresteo del Canchal de la Galana nos habíamos propuesto acercarnos, pero sólo hace un año lo pisé por primera vez, cuando accedimos a la laguna del Gutre desde aquí.
Nos vemos rodeados por La Galana, las verticales paredes del Gutre, el Picurucho, Meapoco, Risco del Fraile, los profundos recuencos de la Hoya de las Berzas, Cinco Lagunas, y abajo, la laguna de Majalaescoba enmarcada por la forma glaciar de la Garganta del Pinar.
Tras bajar a la laguna del Gutre, ascendemos por la brecha de la Galana y trepamos a la cumbre. ¡Cómo me gusta esta cumbre! Es cómoda, mucho menos visitada que el Almanzor, y con unas vistas fabulosas tanto sobre lasa cumbres del Circo como sobre la primera de las Cinco Lagunas. Hoy especialmente, que las nubes y la atmósfera colaboran, las imágenes son para conservar en la memoria. Las luces y sombras refuerzan las formas de cuchillares y cumbres.
Antes de bajar hacia la laguna y regresar, paramos en el Venteadero para disfrutar de la visión del Ameal, Risco Moreno, Cerro de los Huertos y el Circo. Desde este lugar, Unamuno escribe: "(...) he descansado al pie de un ventisquero contemplando el imponente espectáculo del anfiteatro que ciñe la laguna de Gredos y he visto el Ameal de Pablo levantarse como el ara gigante de Castilla. Traigo el alma llena de la visión de las cimas, de silencio y de paz y de olvido." (*)
(*) Todos los datos históricos y citas que aparecen en este post proceden del trabajo de investigación "Gredos, Naturaleza y Literatura", de mi admirado Antonino González Canalejo, de Barco de Ávila.