Otra salida a Gredos con entidad. Hemos estado hace poco tiempo en la Galana, pero Carmen quería repetirla antes de que llegara el invierno. Esta vez además la completaríamos con la subida al Ameal de Pablo.
Se impone madrugar; los días se van acortando y hay trepaditas que nos pueden entretener.
Nos decidimos a subir directamente desde la canal que rodea el Ameal hacia la portilla entre éste y Risco Moreno. El trayecto es fácil aunque hay que echar las manos en ocasiones. La grandiosa imagen del Circo tras nosotros anima a seguir; la subida se hace liviana aunque sea directa.
La ascensión al Ameal, no tiene complicaciones excesivas con buen tiempo; es entretenida aunque requiere estar atento y subir concentrados. Las vistas desde su cumbre son magníficas. Como en tantas otras ocasiones, sólo se puede recomendar a quien ya tenga cierta experiencia de montaña o bien vaya acompañado de quien guíe, haga ver los riesgos e incluso tome la decisión de dar la vuelta en caso necesario. En este post anterior hay más datos.
La temperatura es buena y la roca está seca. Como casi siempre en los últimos tiempos, sólo subimos a la cumbre más cercana a Risco Moreno, donde me sorprende ver una driza con maillón para montar un rápel. Otro similar está en lo alto del Yunque, cuyo ascenso ya es mucho más serio.
Descendemos y atravesamos por la ladera Norte (la subida normal) hacia la base del Ameal y de allí, al Venteadero.
La Galana es una cumbre fantástica. Sobre la ascensión se puede decir lo mismo que antes dije del Ameal. Es sencilla, pero ¡cuidado! porque hay patios importantes. Es un placer disfrutar un buen rato de este fantástico mirador. Imposible cansarse de él.
En el descenso me recreo una vez más con uno de los lugares que me tiene seducido desde siempre: la lagunilla que se forma en la base del Ameal y su balcón sobre el Circo.
Teníamos previsto pasar por La Nava de Barco para hacer nuestra compra habitual de manzanas del otoño. Ya había hablado con nuestro suministrador habitual, pero claro, con tanto entretenimiento, incluyendo el descenso por la canal de los Geógrafos... se nos hizo de noche, así que quedé para otro día. De hecho, ya está solucionado el asunto y tengo en casa las manzanas, este año golden, rojas y reinetas. En mi opinión este es uno de los valores de la sierra de Barco de los que tienen que estar orgullosos los habitantes de sus pueblos. Por favor, comprarlas, no las robéis; hay bastantes cultivadores que las ofrecen, son baratas, deliciosas y es una forma modesta de contribuir a mejorar su economía y mantener los cultivos.
En este enlace puedes acceder a una colección de fotos de la salida.
Aquí puedes descargar el track
Mapa del recorrido:
Perfil de la ruta:
Información de la salida de acuerdo con el método MIDE.
(pincha aquí si quieres una explicación del método Mide.):
Se impone madrugar; los días se van acortando y hay trepaditas que nos pueden entretener.
Nos decidimos a subir directamente desde la canal que rodea el Ameal hacia la portilla entre éste y Risco Moreno. El trayecto es fácil aunque hay que echar las manos en ocasiones. La grandiosa imagen del Circo tras nosotros anima a seguir; la subida se hace liviana aunque sea directa.
La ascensión al Ameal, no tiene complicaciones excesivas con buen tiempo; es entretenida aunque requiere estar atento y subir concentrados. Las vistas desde su cumbre son magníficas. Como en tantas otras ocasiones, sólo se puede recomendar a quien ya tenga cierta experiencia de montaña o bien vaya acompañado de quien guíe, haga ver los riesgos e incluso tome la decisión de dar la vuelta en caso necesario. En este post anterior hay más datos.
La temperatura es buena y la roca está seca. Como casi siempre en los últimos tiempos, sólo subimos a la cumbre más cercana a Risco Moreno, donde me sorprende ver una driza con maillón para montar un rápel. Otro similar está en lo alto del Yunque, cuyo ascenso ya es mucho más serio.
Descendemos y atravesamos por la ladera Norte (la subida normal) hacia la base del Ameal y de allí, al Venteadero.
La Galana es una cumbre fantástica. Sobre la ascensión se puede decir lo mismo que antes dije del Ameal. Es sencilla, pero ¡cuidado! porque hay patios importantes. Es un placer disfrutar un buen rato de este fantástico mirador. Imposible cansarse de él.
En el descenso me recreo una vez más con uno de los lugares que me tiene seducido desde siempre: la lagunilla que se forma en la base del Ameal y su balcón sobre el Circo.
Teníamos previsto pasar por La Nava de Barco para hacer nuestra compra habitual de manzanas del otoño. Ya había hablado con nuestro suministrador habitual, pero claro, con tanto entretenimiento, incluyendo el descenso por la canal de los Geógrafos... se nos hizo de noche, así que quedé para otro día. De hecho, ya está solucionado el asunto y tengo en casa las manzanas, este año golden, rojas y reinetas. En mi opinión este es uno de los valores de la sierra de Barco de los que tienen que estar orgullosos los habitantes de sus pueblos. Por favor, comprarlas, no las robéis; hay bastantes cultivadores que las ofrecen, son baratas, deliciosas y es una forma modesta de contribuir a mejorar su economía y mantener los cultivos.
En este enlace puedes acceder a una colección de fotos de la salida.
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Información de la salida de acuerdo con el método MIDE.
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