miércoles, 24 de octubre de 2018

Vidrieros-Huelgas-Hospital-Curavacas-Cresteo-Vidrieros. 2018-10

¡Qué recorrido! ¡Las agrestes cumbres del Curavacas con menos pedreras y más adrenila! 

Sólo al final del sábado nos decidimos a hacer otra locura, una más: un desplazamiento de 300 km para ir a nuestra querida montaña palentina.

Tras un incalificable madrugón y un opíparo desayuno en Cervera de Pisuerga, nos plantamos en Vidrieros. Decidimos "complementar" un poco la ascensión probando a hacer parte del cresteo al Este y al Oeste del pico. La subida para llegar al pico Huelgas es amable, con una pista que asciende por el robledal y gana mucha altura, tanta, que nos evita por completo pisar las pedreras de la ruta normal.


 La vista de la gran mole desde los picos Huelgas y Hospital es sorprendente, muy bonita y yo diría que bastante desconocida. Las lagunas del Pozo Oscuro y Hoyo Muerto y el enorme valle de Pineda nos muestran una morfología glaciar muy evidente.


Llegamos al collado Cabriles, desde donde atravesamos hacia el Callejo Grande, la subida normal del Curavacas. Para no perder altura, destrepamos por una zona delicada.


Entre lo justo de la hora de salida y el rodeo en la subida, ya íbamos un poco justos de tiempo, pero... -no hay mal que por bien no venga- llegamos a la cumbre y disfrutamos de ella nosotros sólos. 




Hace dos años, Manolo y yo habíamos venido por la senda del Notario, el increíble paso en diagonal que trepa por la cara Norte. Entonces partimos de Cardaño de Arriba por el collado de Ves y el pozo Curavacas. En la cumbre, seguimos la cresta hacia el oeste y descendimos por el Pozo del Ves y la Hoya Continua, donde nos esperaba Carmen. Disfrutamos tanto con aquel recorrido que estábamos deseando volver. De hecho, yo no lo doy por finalizado. Espero regresar para tratar de desentrañar alguno de sus entresijos.

Ahora, en octubre de 2018, seguimos por la cresta, pasamos por el portillo entre los picos Medio y Oeste y ladeamos hasta la altura de la Curruquilla.

Algunos pasos en este tramos presentan cierto peligro. Las paredes de conglomerado ofrecen multitud de presas, pero cualquier paso que se tenga que hacer en zonas bastante verticales y con muchos metros por debajo, obligan a ir con conocimiento y asegurando al máximo.





Hacemos el descenso por la cuerda que baja hacia el arroyo del Postil de Soña. Desde allí, ya por la pista junto a al arroyo de Valdenievas, regresamos a Vidrieros. Se nos hizo de noche, pero la hermosa luna llena en un cielo despejado nos permitió bajar como si fuera de día.

Para quien se decida a hacer este recorrido, hay que resaltar que desde la mitad del descenso por la cuerda comenzamos a desviarnos tratando de ir directamente a la majada que se ve debajo: es un error. Es preferible continuar por la cuerda hasta el escalón que forma una zona más llana (la primera en la que hay un prado). Desde allí baja una senda que evita el paso por los grandes piornos del final.


Mapa del recorrido:


Perfil de la ruta:



Enlace al track del recorrido.

Información de la salida de acuerdo con el método MIDE.
(pincha aquí si quieres una explicación del método Mide.):


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