Las previsiones meteorológicas se cumplieron y los dos últimos días de nuestra estancia estuvieron pasados por agua. Contábamos con ello y aprovechamos para nuestras visitas culturales.
La ciudad romana de Pollentia y su museo, situados en Alcudia, están en plenos trabajos de excavación. Aparte de las bases de templos, el foro y varias viviendas, el pequeño teatro es lo más llamativo. Tendremos que volver dentro de unos años para comprobar qué han sacado a la luz.
El poblado talayótico de ses Païsses es uno de los mayores y mejor conservados de la isla. El recinto dispone de murallas ciclópeas, con una puerta bien conservada y varias construcciones internas, muchas aún sin excavar (están en ello). Su visita merece realmente la pena para quienes estamos interesados por la arqueología. Mejor asegurarse de los horarios llamando por teléfono para evitar sorpresas, porque el recinto está vallado y su página web no está actualizada.
El poblado de S'Heretat tiene un magnífico talayot central, llamado el Claper des Gegants, donde se pueden ver los extremos del corredor subterráneo de acceso.
L'Hospitalet Vell destaca por disponer de un edificio rectangular de construcción ciclópea construido con un estilo diferente de los talayots; una de sus interpretaciones es que tiene relación con la presencia de tropas mercenarias en el siglo III a.C. También dispone de dos talayots, uno de ellos en muy buen estado de conservación. El edificio conserva parte de su cubierta de losas radiales apoyadas sobre el perímetro y la gran columna central. Además hay un campo de navetas del segundo milenio a. C. y otras construcciones.
Capocorb Vell fue un poblado muy importante y extenso. Se pueden ver cinco talaiots soberbios y multitud de viviendas. Como en los anteriores, nos asombramos del tamaño de las piedras y del grosor de las paredes, que no parecen necesarias para usos exclusivos de viviendas normales.
Las cuevas de Artá nos quedaban muy cerca, así que decidimos visitarlas. Disfrutamos del verdadero lujo que supone hacer una visita particular, pues estábamos sólo el guía y cuatro personas. En contra de lo que pudiera parecer lógico, estuvimos bastante más tiempo que el habitual, pues el guía no tuvo ningún inconveniente en explicarnos con todo lujo de detalles su interior y comentar cuanto se nos ocurrió. La cueva es espléndida y las condiciones en las que hicimos la visita, inolvidables.
Por la noche, antes de regresar al hotel, decidimos visitar Pollença, pero nos pilló por el camino una tormenta brutal con viento, granizo y lluvia torrencial. La carretera era de esas tan bonitas, con vallas de piedra a los lados, estrecha y con vegetación sobresaliendo... en fin, horrorosa y peligrosa en esas circunstancias. Obviamente dimos la vuelta cuando pudimos e hicimos la visita al día siguiente.
En cuanto a los pueblos, Capdepera es interesante, con un castillo que acapara gran parte del cerro y domina el paisaje. Santanyi es una ciudad bonita y peculiar, con multitud de galerías de arte y tiendas (caras). En nuestra próxima vida, si somos millonarios, iremos a pasar una temporada. Alcudia tiene unas murallas medievales espectaculares y su casco antiguo está muy rehabilitado; supongo que en verano estará a rebosar de gente. Pollença, sin tener construcciones tan espectaculares, nos pareció más auténtico, con gente por las calles, tiendas y vida propia más ajena al turismo.
Pincha aquí para acceder a una colección de fotos de estos lugares.
La ciudad romana de Pollentia y su museo, situados en Alcudia, están en plenos trabajos de excavación. Aparte de las bases de templos, el foro y varias viviendas, el pequeño teatro es lo más llamativo. Tendremos que volver dentro de unos años para comprobar qué han sacado a la luz.
El poblado talayótico de ses Païsses es uno de los mayores y mejor conservados de la isla. El recinto dispone de murallas ciclópeas, con una puerta bien conservada y varias construcciones internas, muchas aún sin excavar (están en ello). Su visita merece realmente la pena para quienes estamos interesados por la arqueología. Mejor asegurarse de los horarios llamando por teléfono para evitar sorpresas, porque el recinto está vallado y su página web no está actualizada.
El poblado de S'Heretat tiene un magnífico talayot central, llamado el Claper des Gegants, donde se pueden ver los extremos del corredor subterráneo de acceso.
L'Hospitalet Vell destaca por disponer de un edificio rectangular de construcción ciclópea construido con un estilo diferente de los talayots; una de sus interpretaciones es que tiene relación con la presencia de tropas mercenarias en el siglo III a.C. También dispone de dos talayots, uno de ellos en muy buen estado de conservación. El edificio conserva parte de su cubierta de losas radiales apoyadas sobre el perímetro y la gran columna central. Además hay un campo de navetas del segundo milenio a. C. y otras construcciones.
Capocorb Vell fue un poblado muy importante y extenso. Se pueden ver cinco talaiots soberbios y multitud de viviendas. Como en los anteriores, nos asombramos del tamaño de las piedras y del grosor de las paredes, que no parecen necesarias para usos exclusivos de viviendas normales.
Las cuevas de Artá nos quedaban muy cerca, así que decidimos visitarlas. Disfrutamos del verdadero lujo que supone hacer una visita particular, pues estábamos sólo el guía y cuatro personas. En contra de lo que pudiera parecer lógico, estuvimos bastante más tiempo que el habitual, pues el guía no tuvo ningún inconveniente en explicarnos con todo lujo de detalles su interior y comentar cuanto se nos ocurrió. La cueva es espléndida y las condiciones en las que hicimos la visita, inolvidables.
Por la noche, antes de regresar al hotel, decidimos visitar Pollença, pero nos pilló por el camino una tormenta brutal con viento, granizo y lluvia torrencial. La carretera era de esas tan bonitas, con vallas de piedra a los lados, estrecha y con vegetación sobresaliendo... en fin, horrorosa y peligrosa en esas circunstancias. Obviamente dimos la vuelta cuando pudimos e hicimos la visita al día siguiente.
En cuanto a los pueblos, Capdepera es interesante, con un castillo que acapara gran parte del cerro y domina el paisaje. Santanyi es una ciudad bonita y peculiar, con multitud de galerías de arte y tiendas (caras). En nuestra próxima vida, si somos millonarios, iremos a pasar una temporada. Alcudia tiene unas murallas medievales espectaculares y su casco antiguo está muy rehabilitado; supongo que en verano estará a rebosar de gente. Pollença, sin tener construcciones tan espectaculares, nos pareció más auténtico, con gente por las calles, tiendas y vida propia más ajena al turismo.
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