Escribo este texto sin referirme a ningún caso concreto. El objetivo es que algún trabajador lo lea, reflexione y actúe en consecuencia exigiéndose a sí mismo y exigiendo firmemente a su empresa que cumpla la Ley. Por una vez, creo tener capacitación para saber de qué hablo.
Cada vez que ocurre un accidente de trabajo espectacular, con víctimas mortales, como el ocurrido en una mina leonesa, se crea una gran alarma social y todo el mundo se acuerda de la importancia de trabajar con Seguridad. No obstante la experiencia nos dice que la preocupación dura poco. La Prevención de Riesgos Laborales se considera a veces algo accesorio o –peor aún- un obstáculo innecesario. Y lo más grave es que no sólo lo ven así algunos empresarios (irresponsablemente) sino también muchos trabajadores (aún más irresponsablemente, pues se trata de su vida y Salud).
Debemos considerar que un accidente de trabajo es todo suceso indeseado que ocurre durante el trabajo, que lo interrumpe violentamente y que puede causar lesiones.
En esta imagen lo vemos claramente: En los dos casos los factores que provocan que la carga caiga en un lugar transitado son idénticos, en consecuencia, las medidas de corrección deben ser idénticas. La única diferencia es la consecuencia. ¿Sólo nos movilizamos cuando hay heridos o muertos?
Todos los accidentes tienen causas naturales y explicables. TODOS SON EVITABLES, sólo es una cuestión económica el dotar de los medios necesarios para que no ocurran. Ninguno sucede “porque estaba de pasar” o “porque es el destino”, etc. Estas frases indican una actitud de resignación, como si no pudiéramos hacer nada frente a ellos. Pero esto no es cierto. Pueden identificarse las causas y –como mínimo- evitar otros parecidos o con peores consecuencias.
Cada vez que ocurre un accidente con víctimas, ha habido previamente varias situaciones parecidas que deberían haber servido como aviso. La Ley obliga a que los empresarios identifiquen esas situaciones, las evalúen y corrijan, pero son los trabajadores quienes pueden perder la salud o incluso la vida en el trabajo, así que deberían ser ellos los más convencidos de la necesidad de la Prevención, exigiéndola por encima de cualquier otra consideración (prisas, pequeñas recompensas, comodidad…). La Formación e Información en materia preventiva son imprescindibles y prioritarias.
Los accidentes deben investigarse en profundidad para averiguar las causas (plural) que los han provocado. En ningún caso una actuación imprudente es la única causa; se juntan el diseño inadecuado de las instalaciones, la valoración insuficiente de los peligros, la mala gestión que obliga a incumplir normas, la falta de canales de comunicación, la no resolución inmediata de problemas que provocan accidentes y por supuesto la política preventiva de la empresa.
Otro mito que debemos tener claro es que la PREVENCIÓN no es “ponerse el casco”. La mejor forma de evitar accidentes es mediante el diseño, las medidas de ingeniería y planificación que eviten los peligros. En un segundo lugar de importancia (el primero para los trabajadores, que no podemos cambiar el diseño de los lugares donde trabajamos), está el cumplimiento riguroso de las Normas de Prevención en todos los casos. El último escalón, el de menos peso para prevenir, aunque también debe cumplirse, es el uso de los equipos de protección individual, que no evitan los accidentes, aunque sí evitan, a veces, las lesiones.
En este esquema lo puedes ver claramente:
Cada vez que ocurre un accidente con víctimas, ha habido previamente varias situaciones parecidas que deberían haber servido como aviso. La Ley obliga a que los empresarios identifiquen esas situaciones, las evalúen y corrijan, pero son los trabajadores quienes pueden perder la salud o incluso la vida en el trabajo, así que deberían ser ellos los más convencidos de la necesidad de la Prevención, exigiéndola por encima de cualquier otra consideración (prisas, pequeñas recompensas, comodidad…). La Formación e Información en materia preventiva son imprescindibles y prioritarias.
Los accidentes deben investigarse en profundidad para averiguar las causas (plural) que los han provocado. En ningún caso una actuación imprudente es la única causa; se juntan el diseño inadecuado de las instalaciones, la valoración insuficiente de los peligros, la mala gestión que obliga a incumplir normas, la falta de canales de comunicación, la no resolución inmediata de problemas que provocan accidentes y por supuesto la política preventiva de la empresa.
Otro mito que debemos tener claro es que la PREVENCIÓN no es “ponerse el casco”. La mejor forma de evitar accidentes es mediante el diseño, las medidas de ingeniería y planificación que eviten los peligros. En un segundo lugar de importancia (el primero para los trabajadores, que no podemos cambiar el diseño de los lugares donde trabajamos), está el cumplimiento riguroso de las Normas de Prevención en todos los casos. El último escalón, el de menos peso para prevenir, aunque también debe cumplirse, es el uso de los equipos de protección individual, que no evitan los accidentes, aunque sí evitan, a veces, las lesiones.
En este esquema lo puedes ver claramente:
Un ejemplo, en la imagen que sigue ¿qué es mejor? ¿ponerse unas botas metálicas para evitar heridas? ¿señalizar la presencia de cepos y evitar recorridos en su cercanía? o ¿eliminar los cepos?
Si quieres, podemos comentar los aspectos que consideres de mayor importancia. Respondo a todos los comentarios, y por esta vez, firmo el post.
F. Javier San Sebastián
Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales
Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales