Si se permite o se hace la vista gorda al uso de motos en los cañones de las Arribes se permitirá la degradación progresiva de los caminos, la expulsión de la fauna, el aumento de los accidentes para motoristas y senderistas, el deterioro de especies vegetales y las molestias por ruidos y contaminación.
Esperemos que las autoridades -en estricto cumplimiento de la ley- vigilen la vigente prohibición de acceso de vehículos no autorizados a las zonas protegidas y sancionen los incumplimientos a esta normativa. Para que no haya la disculpa del desconocimiento, siempre que encontremos una situación como esta debemos comunicárselo a la Fundación "Patrimonio Natural", que es quien gestiona el Parque Natural de Arribes del Duero. En la web está su dirección, o bien, copiar esta: https://patrimonionatural.org/contacto
Alguno de los tramos de subida-bajada al Duero pueden evitarse. Concretamente, pasado el embarcadero de la Playa del Rostro se llega a un cruce de caminos donde está señalizado por debajo una senda a Rupurupay que evitar subir al camino tradicional (en estos tramos es donde nos cruzamos con las motos). No obstante, todo el camino -subidas y bajadas incluidas- merece la pena por la vegetación, las vistas sobre el río embalsado, los restos de antiguas construcciones, la hermosa cascada del Remolín en la parte final y el propio camino.
También hay partes donde los senderos tradicionales dejan de existir y se han llevado por donde se ha podido. Tienen -como todo el recorrido- gran belleza, pero son duros y con cierto peligro especialmente en las canales donde el terreno es muy inclinado; en caso de estar mojado, pueden ser peligrosos y en mi opinión, deben evitarse. No es un camino para todo el mundo: objetivamente tiene zonas peligrosas.