lunes, 9 de octubre de 2017

Osos en la cordillera cantábrica. 2017-10

La población cantábrica de osos pardos, al menos los que viven en la zona occidental, parece estar asentada de forma saludable.

Los osos tienen que alimentarse de forma frenética antes del invierno (aunque este año parece que no tiene prisa por llegar). Hay algunas zonas donde los robles han producido más bellotas; al parecer, en la mayor parte de las zonas altas se helaron.

En su desplazamiento, se entretienen buscando insectos, bayas, frutos o carroña. A veces, la suerte hace que pasen por lugares donde podemos verlos fácilmente, como este año ha ocurrido en Laciana.

Hay una parte negativa en esto, y es que algunos osos se han acostumbrado demasiado a la presencia de los humanos. Un oso que se acerque demasiado a poblaciones o infraestructuras puede ponerse en peligro y también ser un peligro para las personas.

Nosotros hemos tenido la suerte de poder verlos y la alegría de comprobar que los habitantes de los pueblos cercanos también estaban interesados en ellos. Como ya ha ocurrido en Somiedo, la observación respetuosa de fauna puede ser una fuente de ingresos que ayude a la conservación de la especie y con ello a la biodiversidad.

Esperemos que las autoridades de CyL apuesten por la conservación de la naturaleza. Hasta ahora, hemos visto demasiada propaganda, carteles presumiendo de la fauna salvaje, pero falta de medidas concretas para protegerla y fomentarla realmente, como sí se ha hecho en Asturias. Ejemplos negativos son las explotaciones industriales y los proyectos de estaciones de esquí que impiden el contacto de las dos poblaciones de osos cantábricas.














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