Continúa de "Caminos tradicionales de Sajambre".
Lunes 12. La jornada será intensa. Vamos a unir dos caminos históricos con la subida al pico que preside el valle de Sajambre.
Comenzamos revisitando los hórreos de Oseja de Sajambre, joyas patrimoniales utilizadas para conservar recursos alimenticios, emblemas del territorio que no deben perderse.
Tomamos el camino viejo de Valdeón, avanzando primero entre fresnos y nogales. Las lluvias de días anteriores y el paso de ganado han dejado el camino embarrado. Pasamos junto a praderías de altura y majadas bien acondicionadas, lo que demuestra que se utilizan. Desconozco si su buen estado tiene que ver con ayudas para mantener sus actividades tradicionales al estar incluido todo el valle dentro del Parque Nacional de los Picos de Europa.
Por primera vez durante estos días el azul es el fondo sobre el que se muestran laderas doradas de hojas otoñales. Los rayos de sol proyectan una luz tangencial que refuerza el relieve. Los blancos cantiles ahora se muestran anaranjados. Es como si se encendieran los focos del escenario.
Desde el camino, la Pica Ten se muestra como un altar que preside el valle, algo así como la cumbre tras el Machu Picchu. Según vayamos caminando su perfil cambiará y mostrará una ladera sur más accesible.
El camino avanza entre huecos excavados en contrafuertes rocosos y pasajes soportados en alguna ladera casi vertical por paredes artificiales bien conservadas. Es una muestra del esfuerzo que supuso su construcción y de su importancia histórica como comunicación con Valdeón. A medida que ganamos altura los robles van dejando paso al hayedo.
Nos acompaña durante toda la ascensión el fondo sonoro de la berrea de los ciervos, potente y amplificada por la forma semicircular de la montaña. Las cumbres de Ponga asoman en el horizonte antes de llegar al puerto de Panderruedas. Un corto camino nos deja en el armatoste hormigonado del mirador de Piedrahitas. La visibilidad es extraordinaria. Los macizos central y occidental de los picos de Europa se muestran sobre un precioso fondo otoñal. ¡Qué lugar! ¡Qué belleza! Prescindiendo del propio mirador, la visión desde allí es otro de los lugares que merecen ser visitados por todo el mundo aunque no se sea montañero. Torre Bermeja nos llama... así que iremos por allí lo antes posible.
Regresamos por el camino viejo de Valdeón hasta tomar la Senda del Arcediano, que seguimos hasta el collado donde se asciende a la Pica Ten.
La subida a la Pica Ten es corta pero empinada. Se ha acondicionado recientemente una zona de descanso, un tramo con escalones de madera y unas cadenas que ayudan en la zona más escarpada. Una vez en la cumbre el panorama es soberbio. Una visión de 360 grados donde no hay nada que no merezca la pena. Desde los dorados bosques pasando por las cumbres hacia Ponga y Peña Santa y debajo, todo el valle de Sajambre, los pueblos y el tajo del desfiladero de los Beyos. ¡Qué decir! Es un mirador soberbio. Sólo recomendar su visita.
La tarde se va cubriendo de nubes. Seguimos la Senda del Arcediano hasta llegar al camino de Pío. Antes visitamos unos enormes robles centenarios, sin duda uno de los puntos clave del recorrido.
Cuando llegamos a Pío amenaza la lluvia y las primera gotas comienzan a caer justo cuando terminamos el recorrido en Oseja.
..........................................................................
Los caminos que recorrimos fueron transitados durante siglos por los sajambriegos. Como comenté en el post anterior, el comercio de almagre llevó a los carreteros de Sajambre a grandes desplazamientos hacia el sur, que les llegaron a conectar con Ávila y Hoyocasero (junto al joven Alberche, en Gredos Oriental). Hoy voy a dar una nueva pincelada sobre este tema.
Como siempre ha ocurrido a lo largo de la historia, los viajes comerciales movían no sólo mercancías, sino también influencias culturales. Es el caso de la devoción en Sajambre a la virgen del Risco. El monasterio de Nuestra Señora del Risco está emplazado de forma espectacular en la Sierra de Ávila, sobre el valle de Amblés. Los carreteros de Sajambre conocieron este monasterio y de alguna manera trasladaron su culto con ellos. No deja de ser curioso considerando que hay 400 km entre ambos lugares.
Sus características históricas y culturales y la de alguno de sus ocupantes, bien merecen un post, que escribiré próximamente.
Algo similar ocurrió con la llamada virgen de la Cerca, cuya iglesia medieval se encuentra en Madrona, entre Ávila y Segovia, en uno de los trayectos del comercio de almagre.
La información precedente también la tomo del magnífico blog de Elena E. Rodríguez Díaz "Historia de Sajambre". Ojalá surgieran muchas más iniciativas con su información y rigor.
Pincha en este enlace si deseas acceder a una colección de fotos de esta fantástica jornada
Aquí puedes enlazar con la ruta en Wikiloc (preciosa, pero dura, con 25,43 km y 1.406 m de desnivel).
Esos parajes son preciosos, los recorrí en Agosto
ResponderEliminarun abrazo para ti y para Carmen