Ahora que vamos viendo la posibilidad de volver a la montaña, merece la pena recordar alguno de los extraordinarios lugares que podemos visitar sin necesidad de grandes desplazamientos, como los que hemos recorrido durante los meses pasados, antes del cierre forzado por la expansión del Covid.
El verano pasado hicimos una salida montañera al Jultayu, en el macizo Occidental de Picos de Europa: una apuesta segura.
Lo cierto es que fuimos un poco por eliminación. Queríamos pasar el fin de semana en Picos y el único refugio en el que encontramos plazas libres fue el de la Vega de Ario. Además teníamos un recuerdo magnífico del Jultayu.
Dormimos en Cangas y el sábado comenzamos temprano nuestra ruta bajo la lluvia. Como digo con frecuencia, el mal tiempo tiene sus contrapartidas, como disfrutar de los Lagos de Covadonga sin apenas gente. Desde el Lago Ercina el camino hasta el refugio es sencillo. Al llegar a la majada de Bobias "la oímos" más que "la vemos". Con buena temperatura, pero con lluvia, subimos la rebaladiza cuesta de "las Reblagas", que nos deja en el collado del Jito. Allí las nubes nos permiten ver el entorno del refugio.
Por la tarde el tiempo parece estabilizarse, así que vamos a asomarnos sobre la canal de Trea. El espectáculo comienza de verdad. Las nubes juegan con los contrafuertes del macizo Central; muestran y ocultan el valle en una danza permanente. Las formas cambian constantemente. Decidimos subir al pico situado a la izquierda de la majada, llamado "Cabeza Llambría". Las nubes vuelven a cerrarse y nos dejan entre la niebla.
Las previsiones meteorológicas se cumplen y domingo amanece espléndido. Sin nubes y con buena temperatura. Atravesamos el Jou del Jultayu para llegar por el collado del Cuvicente hasta la ventana natural de Juracao. La cresta de subida ya es un espectáculo, que se refuerza con el óvalo que enmarca el macizo central, con Caín 1500 metros por debajo.
Las nubes vuelven a jugar con el paisaje hasta que llegamos a la cumbre del Jultayu ¡Qué magnífico panorama! El valle de Valdeón de extiende bajo nuestros pies. A la derecha, Peñablanca y Robliza delante de la mole de Peña Santa de Castilla. Frente a nosotros, la canal de Dobresengos apunta a Los Cabrones y Torrecerredo, la mayor elevación de la cordillera (2.649 m). Es un lugar impactante. de enorme belleza y fuerza.
Decidimos descender para llegar a Cabeza Llambría, donde teníamos intención de haber ido el día anterior. Ahora la visión se revela en toda su grandeza. La panorámica alcanza desde la canal de Culiembro, que cae al abismo del Cares, pasa por la fortaleza del macizo Central, el valle de Valdeón y Peña Santa.
No sabemos donde mirar. Es todo enorme, brutal, inabarcable. El contraste entre las construcciones naturales de los picos y los valles verdes, aparentemente tan cercanos, se refuerza. Los buitres planean por debajo de nosotros. Parece imposible que un lugar tan hermoso, tan accesible, tan impactante, sea a la vez tan solitario. Sin saber bien el motivo, creedme, la emoción me llena los ojos de lágrimas.
El verano pasado hicimos una salida montañera al Jultayu, en el macizo Occidental de Picos de Europa: una apuesta segura.
Lo cierto es que fuimos un poco por eliminación. Queríamos pasar el fin de semana en Picos y el único refugio en el que encontramos plazas libres fue el de la Vega de Ario. Además teníamos un recuerdo magnífico del Jultayu.
Dormimos en Cangas y el sábado comenzamos temprano nuestra ruta bajo la lluvia. Como digo con frecuencia, el mal tiempo tiene sus contrapartidas, como disfrutar de los Lagos de Covadonga sin apenas gente. Desde el Lago Ercina el camino hasta el refugio es sencillo. Al llegar a la majada de Bobias "la oímos" más que "la vemos". Con buena temperatura, pero con lluvia, subimos la rebaladiza cuesta de "las Reblagas", que nos deja en el collado del Jito. Allí las nubes nos permiten ver el entorno del refugio.
Por la tarde el tiempo parece estabilizarse, así que vamos a asomarnos sobre la canal de Trea. El espectáculo comienza de verdad. Las nubes juegan con los contrafuertes del macizo Central; muestran y ocultan el valle en una danza permanente. Las formas cambian constantemente. Decidimos subir al pico situado a la izquierda de la majada, llamado "Cabeza Llambría". Las nubes vuelven a cerrarse y nos dejan entre la niebla.
Las previsiones meteorológicas se cumplen y domingo amanece espléndido. Sin nubes y con buena temperatura. Atravesamos el Jou del Jultayu para llegar por el collado del Cuvicente hasta la ventana natural de Juracao. La cresta de subida ya es un espectáculo, que se refuerza con el óvalo que enmarca el macizo central, con Caín 1500 metros por debajo.
Las nubes vuelven a jugar con el paisaje hasta que llegamos a la cumbre del Jultayu ¡Qué magnífico panorama! El valle de Valdeón de extiende bajo nuestros pies. A la derecha, Peñablanca y Robliza delante de la mole de Peña Santa de Castilla. Frente a nosotros, la canal de Dobresengos apunta a Los Cabrones y Torrecerredo, la mayor elevación de la cordillera (2.649 m). Es un lugar impactante. de enorme belleza y fuerza.
Decidimos descender para llegar a Cabeza Llambría, donde teníamos intención de haber ido el día anterior. Ahora la visión se revela en toda su grandeza. La panorámica alcanza desde la canal de Culiembro, que cae al abismo del Cares, pasa por la fortaleza del macizo Central, el valle de Valdeón y Peña Santa.
No sabemos donde mirar. Es todo enorme, brutal, inabarcable. El contraste entre las construcciones naturales de los picos y los valles verdes, aparentemente tan cercanos, se refuerza. Los buitres planean por debajo de nosotros. Parece imposible que un lugar tan hermoso, tan accesible, tan impactante, sea a la vez tan solitario. Sin saber bien el motivo, creedme, la emoción me llena los ojos de lágrimas.