En los últimos años se están sucediendo los hallazgos y excavaciones arqueológicas en Extremadura. En un viaje anterior ya habíamos visitado algunos de los dólmenes de la provincia de Cáceres, con especial mención al magnífico de Lácara y los de Valencia de Alcántara. Ahora, hemos querido conocer los de la provincia de Badajoz.
Tras una parada en el dolmen de la Lapita, cerca de Barcarrota, continuamos hasta Jerez de los Caballeros. En la oficina de turismo pedimos las llaves para visitar el del Toriñuelo. Se trata de un gran monumento funerario del calcolítico (edad del cobre). Su túmulo tiene 48 m de diámetro. Se accede a la cámara funeraria por un corredor de 25 m. La cámara, casi circular, con 3,8 m de diámetro, conserva 12 ortostatos y está cubierta por una falsa cúpula. Junto a su entrada apareció una estela grabada con un personaje adornado con collares, diadema y cinturón que se conserva en el Museo Arqueológico Nacional.
A pesar de estar reconstruido, es emotivo poder entrar dentro del recinto por el largo corredor y ver con todo lujo de detalles los grabados con forma de soles, serpentiformes y puntos alineados que se conservan en tres de sus ortostatos (en el reportaje fotográfico podéis ver más imágenes)
No menos interesante es el monumento funerario de Huerta Montero, en Almendralejo, construido en la primera mitad del tercer milenio a.C. Como el anterior es un dolmen tipo "tholos" está consolidado e integrado en un edificio que lo protege, sin las lajas de cobertura ni la cúpula. Una peculiaridad es que está construido en el subsuelo, de forma que la falsa cúpula y túmulo era lo único que sobresalía del terreno. Lógicamente, el corredor de entrada está inclinado. Se ha documentado su uso durante más de 1000 años y se encontraron restos de 115 personas en su interior.
Otra originalidad es que en su construcción se utilizó tapial y que se dispuso con una orientación tal que el sol penetra al fondo de la cámara el día del solsticio de invierno.
Pero la visita que esperábamos con mayor ansiedad era el complejo de Cancho Roano, cerca de Zalamea de la Serena, el conjunto tartésico mejor conservado en la península ibérica hasta la fecha (a falta de que concluyan los estudios arqueológicos que están casi empezando en el increíble palacio del Turuñuelo, cerca de Guareña).
El palacio-santuario se construyó en el siglo VI a.C., se reformó varias veces y es de una gran complejidad. Como en el Turuñuelo, su dramático fin fue provocado, siguiendo algún tipo de rito religioso, lo que ha ayudado a obtener una gran cantidad de información. Recomiendo que lo investiguéis en internet antes de ir a visitarlo. Este video da una información fácil de entender sobre el gran complejo, sus hallazgos y quiénes lo habitaron.
El tercer complejo tartésico existente en Badajoz es La Mata (en Campanario). Se trata también de un gran edificio aislado y con foso perimetral aunque no tan monumental como Cancho Roano y sin un espacio de culto tan marcado. Al parecer tuvo un carácter más dirigido al aprovechamiento agrícola, ganadero y forestal.
Cerca de allí, en un emplazamiento preciosos sobre una ladera dominada por un castillo, se encuentra el pueblo de Magacela. En el cresterío próximo al castillo hay pinturas rupestres y en la vega, un magnífico dolmen, varios de cuyos ortostatos también están grabados.
Pincha aquí para ver una colección con más imágenes.
Tras una parada en el dolmen de la Lapita, cerca de Barcarrota, continuamos hasta Jerez de los Caballeros. En la oficina de turismo pedimos las llaves para visitar el del Toriñuelo. Se trata de un gran monumento funerario del calcolítico (edad del cobre). Su túmulo tiene 48 m de diámetro. Se accede a la cámara funeraria por un corredor de 25 m. La cámara, casi circular, con 3,8 m de diámetro, conserva 12 ortostatos y está cubierta por una falsa cúpula. Junto a su entrada apareció una estela grabada con un personaje adornado con collares, diadema y cinturón que se conserva en el Museo Arqueológico Nacional.
A pesar de estar reconstruido, es emotivo poder entrar dentro del recinto por el largo corredor y ver con todo lujo de detalles los grabados con forma de soles, serpentiformes y puntos alineados que se conservan en tres de sus ortostatos (en el reportaje fotográfico podéis ver más imágenes)
No menos interesante es el monumento funerario de Huerta Montero, en Almendralejo, construido en la primera mitad del tercer milenio a.C. Como el anterior es un dolmen tipo "tholos" está consolidado e integrado en un edificio que lo protege, sin las lajas de cobertura ni la cúpula. Una peculiaridad es que está construido en el subsuelo, de forma que la falsa cúpula y túmulo era lo único que sobresalía del terreno. Lógicamente, el corredor de entrada está inclinado. Se ha documentado su uso durante más de 1000 años y se encontraron restos de 115 personas en su interior.
Otra originalidad es que en su construcción se utilizó tapial y que se dispuso con una orientación tal que el sol penetra al fondo de la cámara el día del solsticio de invierno.
Pero la visita que esperábamos con mayor ansiedad era el complejo de Cancho Roano, cerca de Zalamea de la Serena, el conjunto tartésico mejor conservado en la península ibérica hasta la fecha (a falta de que concluyan los estudios arqueológicos que están casi empezando en el increíble palacio del Turuñuelo, cerca de Guareña).
El palacio-santuario se construyó en el siglo VI a.C., se reformó varias veces y es de una gran complejidad. Como en el Turuñuelo, su dramático fin fue provocado, siguiendo algún tipo de rito religioso, lo que ha ayudado a obtener una gran cantidad de información. Recomiendo que lo investiguéis en internet antes de ir a visitarlo. Este video da una información fácil de entender sobre el gran complejo, sus hallazgos y quiénes lo habitaron.
El tercer complejo tartésico existente en Badajoz es La Mata (en Campanario). Se trata también de un gran edificio aislado y con foso perimetral aunque no tan monumental como Cancho Roano y sin un espacio de culto tan marcado. Al parecer tuvo un carácter más dirigido al aprovechamiento agrícola, ganadero y forestal.
Cerca de allí, en un emplazamiento preciosos sobre una ladera dominada por un castillo, se encuentra el pueblo de Magacela. En el cresterío próximo al castillo hay pinturas rupestres y en la vega, un magnífico dolmen, varios de cuyos ortostatos también están grabados.
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