Quien nos conoce, sabe que Carmen y yo tenemos una cita anual en
la Nava de Barco para comprar manzanas. Este año las reinetas se
helaron. No obstante las golden son como siempre de muy buena calidad.
Las pocas reinetas que se han dado en la zona se consiguen en La Carrera
(o en cualquier frutería de Barco pagando un poco más). Merece la pena acercarse por allí, para comprárselas directamente al productor, poner nuestro grano de arena para que los habitantes de la zona se sientan orgullosos de sus pueblos y aprovechar para dar un paseo por alguno de los muchos lugares de interés cercanos.
Hace un año parábamos allí a comer manzanas en una excursión que organizamos Manolo y yo para La Facendera, en la que hicimos un recorrido entre Cabezas Bajas y Navalonguilla, pasando por los cerros de Mesada, Robledillo y el Cebollar. Entonces el monte estaba precioso. Este año la sequía también ha afectado a la sierra y los amarillos predominan más de lo que deberían. Aún así, los colores de los robles dejan bonitas imágenes.
Aprovechando la coyuntura de la compra de manzanas, este año regresamos al monte de Robledillo, situado frente al pueblo, donde se encuentra una laberíntica concentración de piedras alteradas y erosionadas. Es conocida la situada en un jardín del pueblo que se conoce como "la pera", pero no son tan visitadas las del cerro, aunque están muy cerca y sólo con un agradable paseo se pueden descubrir lugares con mucho encanto y una estética muy particular.
Aunque ya he puesto fotos de estas piedras con motivo de la excursión del año pasado (si quieres verlas, pincha aquí para ver una y aquí para la otra), ahora añado algunas más, la mayoría de las cuales corresponden al lado norte del monte.
Hace un año parábamos allí a comer manzanas en una excursión que organizamos Manolo y yo para La Facendera, en la que hicimos un recorrido entre Cabezas Bajas y Navalonguilla, pasando por los cerros de Mesada, Robledillo y el Cebollar. Entonces el monte estaba precioso. Este año la sequía también ha afectado a la sierra y los amarillos predominan más de lo que deberían. Aún así, los colores de los robles dejan bonitas imágenes.
Aprovechando la coyuntura de la compra de manzanas, este año regresamos al monte de Robledillo, situado frente al pueblo, donde se encuentra una laberíntica concentración de piedras alteradas y erosionadas. Es conocida la situada en un jardín del pueblo que se conoce como "la pera", pero no son tan visitadas las del cerro, aunque están muy cerca y sólo con un agradable paseo se pueden descubrir lugares con mucho encanto y una estética muy particular.
Aunque ya he puesto fotos de estas piedras con motivo de la excursión del año pasado (si quieres verlas, pincha aquí para ver una y aquí para la otra), ahora añado algunas más, la mayoría de las cuales corresponden al lado norte del monte.