Desde el mismo pueblo de Tamaduste seguimos el camino por la costa, que serpentea junto a escarpados y verticales acantilados. Las columnas basálticas ofrecen imágenes difíciles de olvidar. El terreno entre picón y rocas volcánicas sería muy difícil de caminar si no fuera por el camino, bien señalizado y fácil de seguir. En mi opinión, es un lugar imprescindible.
La isla del Hierro es asombrosa. Es cierto que todas las Canarias lo son, pero esta, que hemos conocido con la fantástica ayuda de Luis es una verdadera joya. Volveremos.
Aquí puedes enlazar con las otras entradas del blog correspondientes a este viaje:
2 Miradores las Playas - Isora y Roque de la Bonanza
3 La Llanía, La Restinga y Tacorón
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