La iglesia de Santa Comba de Bande (o de San Trocado y Santa Comba) es uno de los ejemplos mejor conservados de arte visigótico de la península ibérica. Sabiendo que nuestro camino de regreso pasaba cerca, no podíamos dejar de conocerla.
Tras disfrutar del patrimonio arquitectónico del Parque Nacional de Peneda-Gerês y de sus cascadas y senderos, regresamos por Portela do Homem. A cuatro kilómetros desde el paso hay un grupo de miliarios romanos concentrados que proceden -como los situados al otro lado- de la Vía Nova o calzada XVIII entre Astorga y Braga.
La presencia romana se sigue manifestando al final del puerto, en Caldas de Lobios, donde hay unas termas reutilizadas como balneario. En el exterior e interior del río Caldo, surgen aguas termales que se aprovechan incluso en días fríos como este.
La siguiente imagen que nos encontramos es la de los hórreos (aquí llamados "canastros") de Zapateiros, en Lobios. El modo de vida no era tan diferente a uno y otro lado de "la raya".
Poco más allá llegamos a la iglesia de Santa Comba de Bande, situada en la aldea, al comienzo de la ladera hacia el río Limia. La situación del recinto favorece una visión desde arriba.
Según la información de los paneles, fue construida en el s. VII (sobre el año 675) y restaurada en el 872 según un documento del monasterio de Celanova (existen dudas sobre si la fecha se escribió deliberadamente falsificada).
Tiene forma de cruz griega, aunque a lo largo de los siglos se le hicieron añadidos para convertirla en convento. Actualmente solo se mantiene uno de ellos a un lado y el pórtico, sobre el que se levantó una espadaña, que claramente no tienen que ver con el estilo original. Fue y es zona de paso de peregrinos hacia Santiago.
La imagen interior es austera, pero armoniosa. Las bóvedas de cañón con ladrillos de las naves se cruzan en el cimborrio elevado, con cuatro ventanas abocinadas. Los ladrillos marcan las aristas y un adorno tallado en piedra recorre los muros en horizontal.
El ábside está cubierto de pinturas de origen medieval y queda separado del resto por un arco toral con forma de herradura, cuyos lados se apoyan en dos pares de columnas de mármol con capiteles corintios.
Aparte de las columnas y capiteles hay otros elementos romanos reutilizados, como un miliario que sirve de base a una pila bautismal y varias aras grabadas. El tablero y pie del altar son de tradición paleocristiana, de fechas asimilables a la de la construcción de la iglesia. Tras el altar, un ventana con celosía tallada.
También hay un sarcófago de gran tamaño donde al parecer estuvo San Trocado (San Torcuato), discípulo del apóstol Santiago (sus restos se llevaron en 1.601 al monasterio de Celanova). La anécdota de su lápida es que los peregrinos la arañaban para quedarse en su uñas con polvo sagrado.
Es el templo cristiano más antiguo de Galicia, si bien existe una polémica sobre su antigüedad, no sobre este sino sobre todos los templos visigóticos. Según algunos expertos se construyeron después de la invasión islámica del 711. Sin embargo, en este caso, pruebas hechas en algunos ladrillos los datan más cerca de la fecha original.
En cualquier caso, este está muy bien conservado en su parte interior. Los paramentos, bóvedas y decoraciones talladas son originales. Transmite emoción.
Como nota práctica, en internet aparece el teléfono de la persona que se encarga de enseñarla (675182344). Es conveniente llamar el día anterior.
Siguiendo la carretera se llega a las termas romanas de Bande, que quisimos visitar. No me lo podía creer cuando llegamos: el embalse "Encoro das Conchas" en el río Limia, inaugurado en 1949 dejó bajo su nivel máximo de agua las termas, el puente romano "Ponte Pedriña" y la parte de los restos del campamento "Aquis Querquennis". Solo se pueden ver (y usar las aguas termales) cuando el agua del embalse baja. Sin comentarios.