Ha sido muy comentada la dimisión del Director de la CIA como
consecuencia de la publicación de algunos correos electrónicos personales
donde, al parecer, se demostraban sus relaciones extramatrimoniales.
Por suerte en España, al menos hasta ahora, la vida privada
de los personajes públicos no ha tenido una gran repercusión, a pesar de que
circulan noticias, reportajes e incluso libros al respecto.
Con independencia de lo meapilas que se puede llegar a ser
con respecto a algunas materias, o de la falta de coherencia que demuestran
alguno de nuestros muy católicos gobernantes, creo que debemos hacer una
reflexión más importante: si se pueden poner al descubierto los correos
personales del director de la CIA ¿qué no podrá ocurrirnos al resto de los
mortales?
Nuestros datos personales son vulnerables. Hay personas que
no tienen inconveniente en publicar en redes sociales sus datos privados, allá
ellos. El problema es que se conozcan los datos que no queremos por personas
cuyas
intenciones no conocemos.
Vamos hacia una sociedad donde cada vez se usará más la
comunicación informática. Hace poco tiempo nadie se atrevía a usar el ordenador
para comprar billetes de tren, autocar, avión, reservar hoteles, viajes,
consultar y manejar las cuentas bancarias, comprar entradas para conciertos,
hacer matrículas de estudios, hablar con gente que está en el extranjero, ver
en la pantalla a nuestros interlocutores, liquidar impuestos... Todo eso y más
yo lo hago de forma habitual.
Como ya es algo habitual en nuestras vidas, puede ocurrir
que no tomemos todas las medidas de protección necesarias. Podemos pensar que
nuestros correos no tienen interés para nadie excepto para quien los recibe,
pero atención, porque las circunstancias cambian con el tiempo y en algunas
ocasiones podemos enviar datos sensibles, desde el punto de vista económico y
personal, además de que puede tener repercusión para terceras personas. En
cualquier caso, que todo el mundo sepa que espiar un correo electrónico es un
delito, castigado en el código penal.
Para evitar disgustos, más vale que lo tengamos en cuenta y
adoptemos las medidas de protección personal, la mayoría de ellas de simple
sentido común.
-
No compartir contraseñas. Cambiarlas periódicamente. Que sean
“fuertes”, mejor con números, mayúsculas, minúsculas, símbolos, etc.
-
Evitar tener la misma contraseña para todo.
-
Evitar respuestas obvias a las preguntas de seguridad, por
ejemplo, a la pregunta ¿dónde estudiaste? Puedes responder de forma
incongruente, p.e: aceituna (el problema de todo lo anterior es que no nos
acordemos, con lo cual tenemos que escribirlo en algún sitio, que obviamente
debemos tener custodiado).
-
Utilizar el campo CCO (con copia oculta) cuando enviemos un
correo a un grupo de personas
-
Cerrar sesiones utilizando los botones de salida cuando
dejemos de utilizar los programas.
-
Mantener un sistema de protección antivirus, espías, etc, en
el ordenador.
-
Evitar entrar en webs de bancos u otras sensibles a través de
banners, hacerlo desde el buscador o escribiendo directamente la dirección.
-
Asegurarse de que cuando damos datos personales la página sea
segura (es necesario que en la barra de direcciones indique “https” y la imagen
del candado).
Artículo de El País sobre el tema
Artículo de El País sobre el tema
la próxima toca recetita!
ResponderEliminarQué ricas las albóndigas :) gracias, papi!!!! la próxima lentejas. O croquetas.... qué hambre me está entrando.
ResponderEliminarMi padre preferida, como siempre, “lo que nos pida”. jajaj
Besitos tqm
parte* preferida
ResponderEliminar