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lunes, 29 de octubre de 2018

Robles de Cabezabellosa, Castaños del Temblar. 2018-10

El otoño es la mejor estación para visitar el norte de Cáceres. Los valles del Ambroz, La Vera y Jerte están más cerca de lo que parece, bastante bien comunicados con Salamanca y tienen unos paisajes, caminos y pueblos fantásticos.

El año pasado disfrutamos de varios paseos por Casas del Castañar, El Torno, Cabezabellosa, Hervás y otros lugares. Ahora queremos mejorar un recorrido que ya hicimos y que estamos afinando para proponerlo en un futuro calendario de La Facendera; su longitud, desnivel y belleza la hacen muy adecuada para una jornada con este grupo.

El fin de semana se presentaba con la primera ola de frío de la temporada. La nieve ha llegado ya a la sierra, pero aquí el día, aunque frío, nos ofrece bastante sol entre unas pocas nubes.

Una preciosa dehesa de robles que desciende hacia la parte final del valle del Jerte es el comienzo de una ruta en la que veremos árboles maduros que destacan sobre el valle cuajado de cerezos. Todavía quedan unos días para alcanzar la roja explosión de belleza que traen sus hojas. En este enlace podemos ver qué nos espera en unos días.

Los robles de buen tamaño se quedan en poco cuando se les compara con el del Acarreadero, uno de los clasificados como singulares de Extremadura.



Pasado el gran robledal, toda atravesar la sierra hacia la vertiente del Ambroz. Un mirador amplísimo, que en días como éste, con la atmósfera limpia, permite abarcar un horizonte de montañas y valles fuera de lo común.

La marcha resulta tener 16 km, 700 m de desnivel y su dificultad es baja. Si alguien quiere tener información más detallada, que me la pida directamente.




Como el día se nos quedaba corto, fuimos a conocer otro clásico: los castaños del Temblar en Segura de Toro. Se trata de una finca particular donde crecen cinco castaños clasificados como árboles singulares de Extremadura. El camino para llegar desde el pueblo está bien señalizado. Son dos km por una bonita pista con algo más de 200 m de desnivel.

La finca está vallada por los propietarios, hartos como están de que la gente arrase con la cosecha de castañas. La visión de cuatro de los cinco castaños es perfecta desde el exterior de la valla; para nada es preciso saltar a la propiedad privada.





Quien recoja frutos del tipo que sea en propiedades particulares debe saber que está robando; no hay otro calificativo. Lo que puede parecer un hurto de poca importancia, se convierte en un completo expolio para quien cuida los árboles y vende su cosecha. No se trata de coger unas manzanas o unas castañas; hay que ser conscientes de que esas pocas, multiplicadas por muchos, pueden ser la diferencia entre tener unos ingresos que faciliten la vida en los pueblos, o contribuir a su desaparición. Es cuestión de ética, dignidad y sentido común comprar lo que queramos, dejar un pequeño beneficio y no una suma de perjuicios que irán en contra de la naturaleza y de la economía de los pueblos.

El arroyo del Temblar ya es por si mismo un espectáculo, con sus terrazas llenas de musgo y los enormes árboles que han sobrevivido durante centenares de años. Sin duda merece la pena ser visitado con respeto.

Pincha aquí para acceder a una colección de fotos de la jornada.

miércoles, 24 de octubre de 2018

Vidrieros-Huelgas-Hospital-Curavacas-Cresteo-Vidrieros. 2018-10

¡Qué recorrido! ¡Las agrestes cumbres del Curavacas con menos pedreras y más adrenila! 

Sólo al final del sábado nos decidimos a hacer otra locura, una más: un desplazamiento de 300 km para ir a nuestra querida montaña palentina.

Tras un incalificable madrugón y un opíparo desayuno en Cervera de Pisuerga, nos plantamos en Vidrieros. Decidimos "complementar" un poco la ascensión probando a hacer parte del cresteo al Este y al Oeste del pico. La subida para llegar al pico Huelgas es amable, con una pista que asciende por el robledal y gana mucha altura, tanta, que nos evita por completo pisar las pedreras de la ruta normal.


 La vista de la gran mole desde los picos Huelgas y Hospital es sorprendente, muy bonita y yo diría que bastante desconocida. Las lagunas del Pozo Oscuro y Hoyo Muerto y el enorme valle de Pineda nos muestran una morfología glaciar muy evidente.


Llegamos al collado Cabriles, desde donde atravesamos hacia el Callejo Grande, la subida normal del Curavacas. Para no perder altura, destrepamos por una zona delicada.


Entre lo justo de la hora de salida y el rodeo en la subida, ya íbamos un poco justos de tiempo, pero... -no hay mal que por bien no venga- llegamos a la cumbre y disfrutamos de ella nosotros sólos. 




Hace dos años, Manolo y yo habíamos venido por la senda del Notario, el increíble paso en diagonal que trepa por la cara Norte. Entonces partimos de Cardaño de Arriba por el collado de Ves y el pozo Curavacas. En la cumbre, seguimos la cresta hacia el oeste y descendimos por el Pozo del Ves y la Hoya Continua, donde nos esperaba Carmen. Disfrutamos tanto con aquel recorrido que estábamos deseando volver. De hecho, yo no lo doy por finalizado. Espero regresar para tratar de desentrañar alguno de sus entresijos.

Ahora, en octubre de 2018, seguimos por la cresta, pasamos por el portillo entre los picos Medio y Oeste y ladeamos hasta la altura de la Curruquilla.

Algunos pasos en este tramos presentan cierto peligro. Las paredes de conglomerado ofrecen multitud de presas, pero cualquier paso que se tenga que hacer en zonas bastante verticales y con muchos metros por debajo, obligan a ir con conocimiento y asegurando al máximo.





Hacemos el descenso por la cuerda que baja hacia el arroyo del Postil de Soña. Desde allí, ya por la pista junto a al arroyo de Valdenievas, regresamos a Vidrieros. Se nos hizo de noche, pero la hermosa luna llena en un cielo despejado nos permitió bajar como si fuera de día.

Para quien se decida a hacer este recorrido, hay que resaltar que desde la mitad del descenso por la cuerda comenzamos a desviarnos tratando de ir directamente a la majada que se ve debajo: es un error. Es preferible continuar por la cuerda hasta el escalón que forma una zona más llana (la primera en la que hay un prado). Desde allí baja una senda que evita el paso por los grandes piornos del final.


Mapa del recorrido:


Perfil de la ruta:



Enlace al track del recorrido.

Información de la salida de acuerdo con el método MIDE.
(pincha aquí si quieres una explicación del método Mide.):


Ameal y Galana. 2018-10

Otra salida a Gredos con entidad. Hemos estado hace poco tiempo en la Galana, pero Carmen quería repetirla antes de que llegara el invierno. Esta vez además la completaríamos con la subida al Ameal de Pablo.


Se impone madrugar; los días se van acortando y hay trepaditas que nos pueden entretener.

Nos decidimos a subir directamente desde la canal que rodea el Ameal hacia la portilla entre éste y Risco Moreno. El trayecto es fácil aunque hay que echar las manos en ocasiones. La grandiosa imagen del Circo tras nosotros anima a seguir; la subida se hace liviana aunque sea directa.

La ascensión al Ameal, no tiene complicaciones excesivas con buen tiempo; es entretenida aunque requiere estar atento y subir concentrados.  Las vistas desde su cumbre son magníficas. Como en tantas otras ocasiones, sólo se puede recomendar a quien ya tenga cierta experiencia de montaña o bien vaya acompañado de quien guíe, haga ver los riesgos e incluso tome la decisión de dar la vuelta en caso necesario. En este post anterior hay más datos.


La temperatura es buena y la roca está seca. Como casi siempre en los últimos tiempos, sólo subimos a la cumbre más cercana a Risco Moreno, donde me sorprende ver una driza con maillón para montar un rápel. Otro similar está en lo alto del Yunque, cuyo ascenso ya es mucho más serio.

Descendemos y atravesamos por la ladera Norte (la subida normal) hacia la base del Ameal y de allí, al Venteadero.


La Galana es una cumbre fantástica. Sobre la ascensión se puede decir lo mismo que antes dije del Ameal. Es sencilla, pero ¡cuidado! porque hay patios importantes. Es un placer disfrutar un buen rato de este fantástico mirador. Imposible cansarse de él.



En el descenso me recreo una vez más con uno de los lugares que me tiene seducido desde siempre: la lagunilla que se forma en la base del Ameal y su balcón sobre el Circo.


Teníamos previsto pasar por La Nava de Barco para hacer nuestra compra habitual de manzanas del otoño. Ya había hablado con nuestro suministrador habitual, pero claro, con tanto entretenimiento, incluyendo el descenso por la canal de los Geógrafos... se nos hizo de noche, así que quedé para otro día. De hecho, ya está solucionado el asunto y tengo en casa las manzanas, este año golden, rojas y reinetas. En mi opinión este es uno de los valores de la sierra de Barco de los que tienen que estar orgullosos los habitantes de sus pueblos. Por favor, comprarlas, no las robéis; hay bastantes cultivadores que las ofrecen, son baratas, deliciosas y es una forma modesta de contribuir a mejorar su economía y mantener los cultivos.


En este enlace puedes acceder a una colección de fotos de la salida.

Aquí puedes descargar el track

Mapa del recorrido:


Perfil de la ruta:


Información de la salida de acuerdo con el método MIDE.
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lunes, 1 de octubre de 2018

Cirbanal. Luna (León). 2018-09

Este mes de septiembre ha sido fántastico, empezando por el Tour del Mont Blanc y completándolo con un catálogo de actividades de montaña fuera de lo normal. Para cerrarlo, nada mejor que hacer una salida a la cordillera cantábrica.

La provincia de León acumula paisajes y lugares de gran interés natural. Nos gusta todo: El Bierzo, Omaña, Laciana, Babia, Luna, Los Argüellos, Riaño... Pero a mi particularmente me tienen enamorado las montañas calizas de Luna, Babia y Arbás.

Vamos al Cirbanal, en Luna. Era una propuesta de Manolo que veníamos aplazando "por necesidades del guión" desde hace unas semanas.

La idea original era hacer un recorrido lineal, pero somos cinco y vamos en un sólo coche, así que la haremos circular desde Robledo de Caldas.


La mañana, fresquita, anima a caminar. La pista sube con suavidad hasta la collada del Pozo de Fontanales, donde aparece súbitamente la visión de las Ubiñas, como si se abriese un telón. Aunque podríamos subir directamente desde allí, sin duda merece la pena rodear la Peña de la Ermita para disfrutar de la vista sobre el precioso valle de las Rozas y los estratos de Peña la Cueva.

Ganamos altura desde la collada hasta el pico de Cacabillos y desde allí seguimos remontando por la cuerda, que se pone de manos. La trepada y el cresteo son sencillos, pero hay que ir con precaución porque en algunos puntos hay caídas serias.

La cumbre del Cirbanal ofrece una visión muy hermosa. Las nubes se acumulan en la zona norte de la cordillera, pero la visibilidad es buena y podemos ver el Espigüete al fondo, las Tres Marías o la Barragana de Arbás y un gran horizonte de montañas con Peña Ubiña destacando en primer plano.




La bajada es pronunciada, aunque no presenta grandes dificultades con tiempo seco.

Llegamos a una de las estrellas del día: el desfiladero del Pincuejo. El río ha tallado un profundo tajo con paredes formadas por enormes estratos casi verticales. La naturaleza ha creado pináculos, arcos naturales y crestas de gran belleza. Ni siquiera la herida ruidosa de la autopista, al fondo del valle, puede empequeñecer un paisaje tan singular.







Sole, Pilar y Carmen bajarán a Caldas de Luna, mientras Manolo y yo rodearemos la montaña por la ladera, para llegar sin dificultad hasta robledo y recuperar el coche.

Pincha aquí para ver una colección de fotos de esta salida.


Aquí puedes descargar el track.

Mapa del recorrido:


Perfil de la ruta:


Información de la salida de acuerdo con el método MIDE
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