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viernes, 4 de noviembre de 2022

Segura de Toro. 2022-11.

El domingo 6 de noviembre, La Facendera, asociación de senderismo de Salamanca, organiza la ruta "Segura de Toro y castaños del Temblar". Lo que sigue es un resumen del boletín que se entrega a los participantes. Guiamos la ruta Fernando Comerón y yo, Javier San Sebastián.


El Lugar

La ruta comienza en Segura de Toro, pequeña localidad asomada al valle del Ambroz desde los montes de “Tras la Sierra”. En su entorno se han encontrado al menos dos esculturas zoomorfas de origen vetón, una de gran tamaño que es el emblema del pueblo y representa a un toro, y otra de menor tamaño que parece representar un cerdo o jabalí al que le falta el hocico y parte de la cabeza. También se encontraron una estela en la que aparece tallada la figura de un guerrero con una espada, dos estelas circulares, un miliario romano y otras piezas.

Actualmente se exponen en la plaza las tallas originales en granito del toro vetón, una pieza con una curiosa representación fálica y un lagar posiblemente medieval. También un deteriorado capitel corintio de origen romano tallado en mármol. Completan la exposición las copias de la estela del guerrero y del cerdo o jabalí, cuyos originales están en el museo de cáceres. Estas últimas no transmiten ni de lejos los detalles ni la emoción de los originales (en mi opinión).

Además, junto a la piscina, acoplados en la fachada de una vivienda particular se ven al menos una decena de molinos vetones de mano (¿?). Si eso es lo que se ve expuesto, no se qué pensar sobre lo que no está a la vista. El verraco está cuarteado y agujereado. Como otros, fue barrenado por ignorantes codiciosos para acceder al “tesoro” que ocultaba en su interior.

En definitiva, las evidencias arqueológicas apoyan la idea de que hace venticinco siglos en el emplazamiento actual de Segura de Toro o en el cercano cerro del Picute hubo un importante castro vetón.

En el pueblo también se encuentran los restos de un castillo y una muralla. Al parecer, el castillo fue construido por los templarios y tendría relación con la vigilancia de la ruta de la Plata. A su abrigo, desde la segunda mitad del siglo XV creció el pueblo actual. Se sabe que los Reyes Católicos pasaron su propiedad a un noble en 1489. De la muralla sólo se conserva una torre de mampostería, apoyada sobre el roquedo de granito, que se salvó de la desaparición al ser reutilizada como campanario exento de la iglesia.

 

En los alrededores de Segura de Toro hay huertas y plantaciones de frutales, pues a pesar de su altura tiene agua, que procede de la garganta Grande, donde se han habilitado zonas de baño.

La ruta

Dejaremos el pueblo por su zona alta, junto a los restos de dos molinos. El comienzo es una pista inclinada; hasta hace un par de meses era un agradable paseo sobre tierra que permitía el paso de vehículos a las fincas. Nuestra sorpresa (y disgusto) ha sido grande cuando hemos regresado hace unos días y nos hemos encontrado con que la han ensanchado y encementado. Vamos, que han construido una carretera, que llega, igual que la pista anterior, hasta una pequeña finca donde lo normal es cruzarse con los cerdos ibéricos que hozan por la ladera.

En mi opinión la pista es un exceso y me hace pensar que la intención real sea permitir que se llegue en coche. Hasta ahora había un filtro mínimo, que consistía en tener que pisar un camino de tierra durante 1,5 km. Lo siguiente ¿qué sería? ¿“arreglar” el tramo de sendero para que nadie se tropiece? Los castaños del Temblar han sobrevivido durante siglos. Su acceso debería cuidarse también como algo natural, por estética (que es muy importante) pero sobre todo por evitar la presión que supondría la llegada descontrolada de gente. Quisiera equivocarme, pero puede ser su final.



Un tramo de sendero entre robles nos lleva al arroyo del Temblar. Nos recibe una ladera aterrrazada con paredes cubiertas de musgo. A pesar de ser una zona umbría la sequía se deja notar. Esperemos que llueva pronto y se recuperen los colores que dan contraste a los gigantes vivos que nos esperan.

Los castaños del Temblar son cinco árboles singulares con protección legal, venerables ancianos con más de 600 años. Tienen nombre propio: Hondonero, Bronco, Retorcido, Menuero y Arroyo.  Se considera al “Hondonero” el más valioso de Extremadura, si bien el más viejo es el del Arroyo al que se le calculan unos 800 años.


Están en una finca privada con acceso restringido entre octubre y enero, así que nos conformaremos con verlos desde el exterior. 

Rodearemos la finca para verlos, así como la preciosa dehesa contigua donde hay otros castaños de gran porte y belleza. Ganaremos altura y los robles tomarán el relevo.



Alcanzaremos la “cueva del Cancho”, un refugio ganadero construido aprovechando una roca inclinada. El lugar es un balcón que muestra el valle del Ambroz, las Batuecas y la sierra de Francia.

Un breve descenso nos llevará a cruzar la garganta Grande, donde veremos una sucesión de cascadas y pozas. El camino tradicional nos llevará al collado de Pan Harto tras una subida fuerte pero bien trazada.



Pasaremos por una zona con piornos altos, cruzaremos la garganta Cámbara y llegaremos hasta el collado de En medio, desde donde comenzamos la bajada hacia Gargantilla. Por todo el camino iremos disfrutando de árboles, sobre todo robles, de gran porte.

En la bajada pasaremos junto a una antigua era de trillar antes de perder altura unas veces campo a través, otras por pista y otras por camino tradicional hasta llegar a Gargantilla. Allí hay una buena y bonita fuente.

Por pista y sendero atravesaremos la dehesa hasta llegar a Segura de Toro, donde visitaremos el pueblo y sus restos arqueológicos.


 (El boletín, con el mapa de la ruta, en la web de La Facendera).






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