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domingo, 16 de diciembre de 2018

Puerto Somiedo-Putracón-P.Salgada-P.Gúa-Mumián-Llamardal. 2018-12

El recorrido lineal entre el Puerto de Somiedo y Llamardal es uno de los imprescindibles. En un día con buena visibilidad los panoramas son inolvidables.

El camino parte del pueblo del Puerto por una pista que pronto se transforma en sendero o trazas de paso de animales. Parece evidente que no es un recorrido muy transitado. Los plácidos prados de la vega de Ordial, donde vemos un par de caballos semisalvajes, dejan paso a una subida que nos deja en la cuerda del Putracón. Antes de llegar, en los pozos de Fordonaga, contemplamos también un rebaño de rebecos.



La vista desde el Putracón ya hace que la salida merezca la pena. Un cortado a cuchillo enmarca los valles inferiores. La Peral aparece en primer término dando paso a las montañas de la Penouta, el Cornón y el Cebolleu. En otro valle, Caunedo.

Un suave ascenso nos deja en el collado anterior a la peña Salgada. Próximos a la cuerda se conservan aún trincheras y restos de puestos de la guerra civil. Protegidos por nuestros cortavientos de goretex, nos emociona pensar en la crueldad de aquellos momentos que llevó a fortificar largos trechos de montañas. Aunque poco tienen que ver con aquellas infraestructuras inmensas, nos vienen a la memoria los restos que vimos en Dolomitas, al norte de Italia.

El descenso de Peña Salgada es una ladera empinada, ahora sin problemas...otra cosa sería si hubiéramos tenido hielo.

Más adelante pasamos por la braña de Valdecuélabre, donde se conservan dos chozos construidos con piedras colocadas con la técnica de falsa cúpula y aquí llamados "corros".

El ascenso al pico Alto y a Peña Gúa son formidables. Un paseo sin dificultad de ninguna clase que se asoma a balcones con vistas inigualables sobre varios valles de Somiedo, sus montañas y pueblos. Abajo, casi en la vertical, la braña de Mumián es un mosaico de paredes de piedra. Las formidables cabañas de teito destacan como núcleos de cada prado. Viendo las calles y construcciones es fácil imaginarse la vida que concentró la braña no hace tanto tiempo.

También vemos el pueblo llamado Coto de Buenamadre (... como dice mi amigo Jose Matías... no sabíamos que el término municipal de Buenamadre llegara hasta aquí).



Hacia la braña dirigimos nuestros pasos. Tenemos la oportunidad de ver por dentro una de ellas. El suelo está empedrado. En los laterales se disponen los pesebres. Una escalera da paso a una plataforma que serviría como almacén y dormitorio de los pastores. El entramado de vigas de maderas soporta un techado de escobas que se sujetan con piezas más pequeñas. La cubierta vegetal debe reponerse cada varios años para permitir que el agua de lluvia resbale sin entrar dentro.




En esta última visita he notado un deterioro de las cabañas. Cada día hay más que no disponen de mantenimiento ni probablememente uso. Aunque se subvenciona su conservación, me parece que están entrando en una fase que las acerca poco a poco a la ruina. No podría decir el motivo, pero las brañas de La Pornacal están  bastante mejor conservadas que estas de Mumián. Una pena, considerando su valor patrimonial y la belleza de un lugar donde se integran totalmente con la naturaleza.

El camino, ya sendero en buen estado, nos deja en Llamardal. En el aparcamiento de la carretera tenemos el segundo coche.

En este enlace puedes acceder a una colección de fotos de esta jornada. 

En este otro enlace puedes acceder al track en Wikiloc.

Este es el mapa de la ruta:



Este es el perfil:


y esta la clasificación en el método MIDE:




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