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miércoles, 13 de junio de 2018

En defensa de La Cueva de Salamanca (2018-06)

La Cueva de Salamanca es un lugar de nuestro patrimonio que ha sido conocido y citado durante de siglos. La reina Isabel la mando tapiar de forma preventiva y Miguel de Cervantes la dedicó un relato, sólo por dar dos ejemplos ilustres. La cueva ha sido motivo de leyendas que se han extendido por todo el mundo y particularmente por sudamérica. Como sabemos la mayoría, se trata de la Cripta de la antigua iglesia de San Cebrián, donde según la tradición, impartía clases el demonio.

Hace ahora 25 años se procedió a su excavación y recuperación. Desde entonces, tanto el recinto de la cripta como la torre del Marqués de Villena y la muralla medieval están sufriendo un gran deterioro. El pequeño museo que se creó con lo encontrado en las excavaciones, ha sido expoliado, robadas gran partes de las piezas arqueológicas que se exponían.

Podemos decir que la Cueva de Salamanca se perderá ante nuestros ojos si no lo remedian pronto las autoridades: la humedad, la pérdida de forma en los peldaños, las manchas en las paredes y los trozos de piedra que se caen del techo así lo indican.

El pasado día 12, Fernando Saldaña, junto con la Asociación "Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio" llevaron a cabo un acto, en el que el actor rememoró las actuaciones de recuperación que se llevaron a cabo en su día. Tras hacernos disfrutar con su representación, leyó el manifiesto que sigue, con el que no puedo estar más de acuerdo y cuyo texto incluyo.


MANIFIESTO en defensa de LA CUEVA DE SALAMANCA

Salamanca, 12 de junio de 2018. Día de San Juan de Sahagún.

Lectura: a las 20:30h en La Cueva de Salamanca, por Fernando Saldaña (actor).

Tal día como hoy, pero de 1993, La Cueva de Salamanca abría sus puertas a salmantinos y visitantes, se trataba de un patrimonio histórico recuperado que se ofrecía a la visita libre y gratuita. Todo un acercamiento a la historia, a la literatura y a la leyenda, pero sobre todo a las sensaciones de cada visitante.

Hoy, 25 años después, en el mismo lugar, con la misma intención y con el mismo actor, hemos rememorado aquella inauguración de este enclave patrimonial único y singular, que todo aquel que llega a Salamanca por primera vez no puede por menos de visitar; quizás atraído, quizás atraída, por una fama de alcance mundial.

Esta efeméride, que conmemora los 25 años desde la recuperación del enclave monumental que conforman la cripta de San Cebrián, la Cerca Vieja, la Torre del Marqués de Villena y su aula arqueológica, más conocido como Cueva de Salamanca, merece ser celebrada desde la ciudadanía, como principal valedora de la existencia de este bien patrimonial de propiedad municipal.

Por ello, porque la conservación de las ciudades históricas concierne en primer lugar a sus habitantes tenemos el deber de interesarnos, de conocer, de difundir, de cuidar, de preservar y de exigir a las Administraciones Públicas competentes, las nuestras, las de todos, que actúen de igual forma; más cuando se trata de un patrimonio catalogado y protegido por la legislación vigente.

La Cueva de Salamanca presenta graves problemas de humedad que afectan a la conservación de la piedra arenisca de la cripta de la iglesia y de la Cerca Vieja, las soluciones -queremos entender- son sencillas. Pero cuando estas evidencias se denunciaron en el año 2016 y todavía no se ha afrontado el conjunto de medidas que entonces se propusieron, pese a su sencillez, debemos lamentar la inacción y desafecto del Ayuntamiento de Salamanca para con un patrimonio que es de su propiedad.

Hay que canalizar las aguas pluviales para que no se viertan sobre la Cerca Vieja, es imprescindible evitar que esas mismas aguas caigan sobre la escalera de la cripta, se debe cerrar el acceso a la misma para que los escalones no se sigan erosionando, es necesario acabar con las eflorescencias y la arenización de la piedra consultando a los expertos, hay que evitar la proliferación de vegetación y líquenes en la Cerca Vieja, se precisa iluminar el interior de la torre, es conveniente realizar limpiezas periódicas, es necesario retejar el aula expositiva, sería deseable que se buscasen y mostrasen todas las piezas de la antigua iglesia y que fuesen restauradas las que todavía se muestran, es necesario garantizar la pervivencia de los canecillos y la puerta de madera en un lugar que cumpla con unas condiciones óptimas de conservación, hay que hacerlo todo.

Ese abandono, esa falta de tutela, esa dejación de funciones, ha tenido como consecuencia la consolidación de actividades impropias en un lugar como éste, que debe servir para la visita de todos, para su observación y disfrute en unas condiciones de limpieza mínimas: sin residuos, sin pintadas, sin excrementos de palomas.

Además, la ausencia de información en formatos accesibles y múltiples idiomas, así como de personal debidamente formado que ayude a interpretar este conjunto, son carencias en la difusión cultural que una ciudad universal y turística no puede permitirse.

Por último, y no menos importante, este manifiesto insta a considerar la recuperación de la imagen del entorno inmediato, de la Cuesta y de la Plaza de Carvajal: con árboles, sin contenedores soterrados y con el Crucero de San Cebrián en una ubicación predominante.

Todo ello, que ni es complicado ni costoso, junto con la obligada apertura de la visita pública del recuperado tramo de Cerca Vieja en la trasera del hotel cercano, sin duda nos permitiría poder mostrar con más orgullo si cabe otra Salamanca, más allá de las archiconocidas imágenes promocionales, porque nuestra ciudad es antigua, tiene historia y debe ser descubierta cada día.

No nos conformemos con menos.

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