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sábado, 8 de abril de 2017

El Púlpito y el Cancho, 04-2017

Cuando subimos por la garganta de los Caballeros vemos a la izquierda un circo colgado con un risco prominente en su centro: El Púlpito. En realidad este risco es un resto del cuchillar que cerraba el circo glaciar del Cancho por su lado norte. Por debajo del risco, la garganta, que toma el mismo nombre que el circo del que procede, se despeña hacia los Caballeros.


El cordal del Cancho forma parte de la continuación natural de la sierra de Gredos, entre sierra Llana y el Juraco. No es un pico muy conocido ni frecuentado. El pueblo más cercano es Navalguijo, pero acceder desde allí requiere cruzar la garganta, lo que es realmente complicado en primavera. Así pues, el acceso más lógico es desde Navalonguilla.


Hay una pista que sale desde el mismo pueblo y avanza varios kilómetros, pero está restringida para uso exclusivamente ganadero. Me parece realmente absurdo que se prohiba el acceso en coche por esta pista. El deterioro que podría provocar el hecho de que pasen cuatro coches al día no puede tener comparación con el ocasionado por el uso ganadero. Tampoco el senderismo o montañismo y la ganadería son ni han sido nunca usos incompatibles.

Por otro lado, fomentar el uso de los caminos tradicionales que ya existen no puede provocar otra cosa más que beneficios para los pueblos, que ya saben que el turismo se ha convertido en los últimos años en su primera fuente de ingresos.

En lugar de dificultar el acceso de la gente a la sierra, lo sensato desde todos los puntos de vista sería favorecerlo. Además de dar contenido a las actividades respetuosas con la naturaleza que deben estar presentes en un Parque Regional, se limitaría la actual presión de visitantes en un sólo lugar de la sierra (la Plataforma de Hoyos del Espino), favoreciendo la hostelería y el comercio en muchos otros lugares.

Cuando la garganta del Cancho gira nos encontramos con el llamativo Púlpito, nombre que realmente le viene bien. Como madrugamos, la nieve estaba en muy buen estado para subir con crampones. Una vez en su base superior, el acceso es sencillo, aunque requiere una pequeña trepada. Desde allí se gana altura por el lado derecho y se llega al Cancho sin dificultad. Seguimos la cuerda para bajar por la Garganta de las Cerradillas, donde llega un magnífico y aún bien conservado camino tradicional. Hay que procurar no perderlo porque los brezos se han apoderado de las proximidades de los cursos de agua e intentar atajar puede ser un tremendo error. Tengo una batallita muy bonita para contar sobre algo que nos ocurrió hace unos veinticinco años en este lugar, pero este post se está alargando, así que lo dejo para otra ocasión.

Pincha aquí o en las fotos para acceder a una presentación de fotos de la salida.

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