miércoles, 27 de septiembre de 2017

Andía, Urbasa y el nacedero del Urederra


Los días 28 y 29 de octubre, Manolo García y yo guiamos esta excursión para La Facendera. A pesar de que el primer día la niebla no se retiró de las cumbres de San Donato, impidiéndonos ver el fabuloso panorama, pudimos hacer las dos salidas previstas y gozar de la magnífica otoñada.

Aquí puedes acceder a un resumen de fotos que hice durante las dos jornadas.

Lo que sigue debajo es el boletín que preparé para documentarla.
 _______________________________________________________________________________

Andía, Urbasa y el nacedero del Urederra
Geografía

El Parque Natural de Urbasa y Andía es una zona con elevaciones montañosas modestas situado al oeste de la provincia de Navarra, casi a la misma distancia de Vitoria que de Pamplona. Al norte, está separado de la Sierra de Aralar por la depresión del río Arakil. La localidad de referencia aquí es Alsasua. Al sur se sitúan los valles de las Améscoas, donde sólo hay pueblos pequeños, siendo tal vez Baquedano el más conocido. Algo más alejado se encuentra Estella.

El Parque está cruzado por dos carreteras que dibujan una “y” desde Estella. La primera comunica con Alsasua y la segunda con Etxarri Aranatz, sirviendo ambas para delimitar de forma aproximada tres zonas: el monte Limitaciones de las Améscoas al oeste, la sierra de Urbasa en el centro y la de Andía al este.
 El conjunto destaca como una amplia meseta de origen calcáreo que se eleva bruscamente sobre el entorno. Su altitud media es de unos 1000 m sobre el nivel del mar en Urbasa, subiendo en Andía hasta casi los 1.500 m. Cuando nos aproximemos veremos como Urbasa presenta formas más redondeadas, mientras que Andía aparece más agreste, destacando el perfil de proa de barco del pico Beriain, que se proyecta sobre el valle del Arakil.

Sin embargo, visto desde el sur, la cornisa calcárea de Urbasa y Limitaciones se despeña sobre el valle. El corte en la roca es dramático allí donde el acuífero encuentra una salida en la surgencia kárstica del río Urederra. La erosión remontante del río ha ido excavando la meseta, dando lugar en su retroceso a un enorme anfiteatro: el “Balcón de Pilatos”.
Vegetación

La vegetación del Parque Natural es fruto de su doble influencia climática, atlántica al norte y mediterránea al sur. En Urbasa y Limitaciones un porcentaje elevado de superficie está ocupada por bosques, principalmente hayedos, acompañados de otras especies como enebros, tejos, arces, tilos, pinos, acebos y fresnos. También hay grandes rasos (planicies despejadas de pastos para el ganado) que en Andía ocupan la mayor parte de la meseta. Los arbustos son escasos, si bien se observan espino albar y rosales silvestres. También hay variedad de especies botánicas propias de roquedos. En la parte baja del lado sur aparecen quejigos, robles y encinas.


Fauna

En cuanto a la fauna, según datos del Parque, se han contabilizado por ahora 94 especies de aves, 34 de mamíferos y 17 de anfibios y reptiles. Es los cortados rocosos sin duda veremos buitres leonados. En su momento se pueden ver alimoches, halcones, cernícalos y al parecer algún que otro ejemplar de quebrantahuesos. En los bosques, azores, ratoneros, pitos negros y cárabos, por nombrar algunos.

Ocupación humana


Hay constancia de actividad humana desde hace muchos siglos, así lo confirman los abundantes restos megalíticos. En los rasos de Urbasa hay catalogados varios menhires, crómlech y dólmenes, algunos en razonable buen estado como el cercano de Artekosaro. En el Balcón de Pilatos pasaremos junto a varios túmulos.

De la edad media destaca el bien conservado monasterio de Santa María la Real de Iranzu (del Euskera, “helechal”), situado al sur, cuyo primeras construcciones datan del siglo XII.
Los usos forestales y el pastoreo han sido y siguen siendo importantes en la zona. Abundan las cabañas relacionadas con la explotación tradicional de ganado, aquí llamadas “bordas”. Pastan vacas y especialmente ovejas de raza “lacha”, que destacan por su cabeza y patas negras, sus cuernos retorcidos, que también tienen las hembras, su abundante lana y –especialmente- por su leche con la que se elabora el renombrado queso de Idiazábal.

Las rutas 

El primer día subiremos a la máxima elevación de la sierra de Andía. Se trata de una marcha circular desde la localidad de Uharte Arakil.

Comenzaremos caminando por un robledal, tras el cual el sendero se empina por el interior de un precioso hayedo. Es una subida dura, pero toda ella transcurre por camino y realmente es la única fuerte de la jornada. Una vez ganada la meseta continuaremos hacia el oeste para llegar a la elevación del Beriain (1494 m), situado junto a la ermita de San Donato.

Las vistas durante la subida y en la meseta de Andía son espectaculares. Hacia el norte la sierra de Aralar, hacia el oeste la de Urbasa y mil metros por debajo el impresionante valle del Arakil. Seguiremos hasta la cercana quilla de la sierra, el pico Yurbain (1420 m), desde donde completaremos la visión hacia el sur por el valle de Ergoiena. Haremos la bajada en zigzag por la ladera sur y entraremos en un impresionante hayedo que nos dejará imponentes vistas que van cambiando según rodeamos la montaña. Tras pasar por otro bonito hayedo regresaremos a Uharte –Arakil.

Desde allí iremos al camping donde nos alojamos, que está bastante cercano. Nos distribuiremos en las cabañas y cenaremos.

El segundo día el autocar nos dejará en los rasos superiores de Urbasa. Sin anestesia ni nada, veremos el Balcón de pilatos o de Ubaba. Recorreremos la cornisa de este imponente mirador para disfrutar de sus perspectivas y la verticalidad de sus paredes. La altura sobre el río supera los 300 m. Tanto las vistas hacia el valle de Ameskoa como hacia el Uderreda son preciosas. Bajaremos por el camino del Puerto viejo de Baquedano. Es un cómodo camino que se introduce por los hayedos que decoran las imponentes paredes del balcón y desemboca en la pista que se dirige hacia el Nacedero del Urederra. El sendero del río es un disfrute continuo. Los colores del otoño abruman por su belleza. La magia del lugar nos pide un silencio necesario para disfrutar del sonido de cascadas y pozas. El color azul turquesa de las aguas se adorna con las diferentes tonalidades otoñales de las hojas de los árboles.


Al final del camino llegamos al salto del Nacedero, situado en la pared del Capellán.

Sólo queda volver por nuestros pasos hasta llegar al pueblo de Baquedano donde nos espera el autocar para regresar a Salamanca.

Aquí puedes ver unas fotos de la salida que hicimos el año pasado en noviembre

martes, 19 de septiembre de 2017

Ameal de Pablo. 2017-09



El nombre “ameal” o “almeal” describe los amontonamientos de heno que los ganaderos construyen alrededor de un palo vertical (mejor cabe decir “construían” pues prácticamente ya han desaparecido de nuestros campos). La paja se colocaba apretada y de modo que el agua resbalara, con el objetivo de mantenerla seca el mayor tiempo posible. La construcción tenía una forma cónica y su contorno inferior estaba normalmente cercado con un muro de piedras para evitar que las vacas se autoabastecieran. Hasta donde yo conozco, esta palabra es característica de las zonas serranas de la provincia de Ávila. En otros lugares se los conocía como “almiar”, pero para mí, son ameales o almeales, por mucho que diga la Real Academia de la Lengua.

Cada vez que caminamos por la sierra y vemos ameales, los fotografiamos como lo que son, una antigüedad, un recuerdo de nuestro pasado, patrimonio común de una forma de vida que casi ha desaparecido. La imagen anterior es una muestra de uno de ellos.


Por su forma, especialmente cuando lo vemos desde la Laguna Grande de Gredos, el Ameal de Pablo recuerda a estas construcciones populares, así que esta vez la montaña sí que tiene al menos parte de su nombre bien justificado.

El Ameal de Pablo tiene una situación estratégica, pues es el primero de los riscos que por este lado da continuidad al cierre del Circo tras el Almanzor, Ballesteros y el Venteadero. Siguiendo al Ameal, risco Moreno y el Cerro de los Huertos forman también un afilado cuchillar que corta bruscamente el paisaje y delimita el Gargantón.

Es un precioso mirador al que se accede tras una divertida trepada. En un día claro, las vistas son espectaculares, entre la Galana, el Almanzor y el resto del Circo, que se muestra desde aquí con una belleza soberbia. Especialmente, la vista sobre la zona de los Tres Hermanitos es de una estética difícil de superar. Es además una cumbre que para mí tiene recuerdos de escaladas, vivacs y otras experiencias. Ya hace mucho tiempo de eso, pero cada vez que vengo por aquí, me veo con el Truji medio enriscados en cualquier pared.

Este fin de semana subimos un grupo de amigos y disfrutamos de la montaña sin prisas, saboreando cada momento.

Una ascensión muy recomendable, más teniendo en cuenta que la gente suele ir tropel hacia el Almanzor y la Galana, mientras que en el Ameal se puede disfrutar de la soledad.

Pincha en este enlace para acceder a algunas fotos de la ascensión y la preciosa jornada.


lunes, 18 de septiembre de 2017

Senda de Camille. 2017-09

La Senda de Camille es un precioso recorrido pirenaico situado en parte en el Parque Natural de los Valles Occidentales, en la provincia de Huesca y el Valle de Aspe en la zona francesa. En el lado aragonés comprende parte de los valles de Ansó, Hecho y Aragüés.

En años anteriores habíamos conocido otros Pirineos más agrestes; esta vez los caminos pasan por montañas más modestas, pero la variedad y belleza que hemos encontrado nos ha dejado absolutamente fascinados. Extensas praderías, bosques fantásticos, collados con enormes vistas y caprichos geológicos se alternan con cumbres que ofrecen panoramas inmensos de montañas y valles.


En contra de lo que pudiera parecer, la senda es dura. En mi opinión, más dura que Carros de Fuego o la que diseñamos en 2016 saliendo del valle de Tena y también recorriendo parte por Francia. La media diaria de desniveles acumulados ha superado los 1.300 m y la longitud, los 20 km. En un recorrido de seis días, estas cifras son más que exigentes. No obstante, las rutas se hacen con placer y fácilmente, pues no hay grandes canales o pedreras y las que hay disponen de caminos bien marcados.

También se pasa junto a grandes paredes, como el sendero que se desliza bajo el circo de Aspe o las colosales agujas de Ansabère.


Por otra parte, no nos limitamos a hacer el camino, sino que ascendimos varias cumbres cercanas, algunas formidables miradores.

En el recorrido entre Gabardito y Lizara subimos el Bisaurín (ese día también ascendimos el puntal alto del Foratón, situado al lado contrario del collado y que también es recomendable).

El segundo día, entre Lizara y Somport, ascendimos el Liovilla y la Cúpula de Secús, ambos extraordinarios.




El tercer día la niebla nos impidió el ascenso al pico de Arlet, pero lo compensamos con un baño estupendo en el lago.

El cuarto, nuestro atrevimiento al subir al Cotdoguy y Marmida tuvo la recompensa de que las nubes se retiraran cuando estábamos en la cumbre. Además ese día vimos por primera vez al quebrantahuesos.

El quinto, hicimos la subida al Petrechema, a la Petite Aiguille d'Ansabère y al Sobarcal (Pic de Petragème para los franceses, pues todos ellos hacen frontera). Desde estas cumbres tuvimos el privilegio de ver a dos escaladores a vista de pájaro, con quienes entablamos conversación.


Por fin, el sexto día ascendimos desde el paso de Tacheras al Achar de Alano y a las Agujas de Alano.


Si hay un pero que ponerle a la travesía es que los refugios están en general (todos menos el de Arlet) situados en zonas con acceso de vehículos, lo que reduce el ambiente montañero. Por contra, están muy bien equipados.

La organización es sencilla. Se puede hacer a través de la web "La Senda de Camille" o contactando directamente con cada uno de los refugios. En nuestro grupo lo hicimos de las dos formas.

En cuanto a la época, no me cabe duda de que es un recorrido magnífico en cualquier momento del verano. Nosotros lo hemos hecho a comienzos de septiembre. Hemos tenimos mucha suerte con la meteorología y la ventaja añadida de que los refugios estaban medio vacíos y en el recorrido hemos encontrado muy poca gente, lo que nos ha permitido disfrutar aún más. En el viaje de ida paramos a ver los dólmenes situados en la proximidad de Salvatierra y el fin de semana siguiente en la sierra de Urbasa, para dar unas vueltas por los hayedos, el Bacón de Pilatos y el nacedero del Urederra, donde Manolo y yo organizamos una excursión a finales de octubre.


En definitiva, una excursión pirenaica muy recomendable que permite visitar lugares que sin duda permanecen en la memoria.

Pincha en este enlace para acceder a una colección de fotografías.